Con apenas 22 años, Saúl Iram Camacho Ponce de León, estudiante de la carrera de piloto aviador, fue seleccionado en el Programa Internacional del Aire y el Espacio, a través del cual la NASA busca desarrollar una misión simulada a Marte.
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Con ese sueño, el joven oriundo de la Sierra Tarahumara ha sabido istrar muy bien su tiempo y es considerado un ejemplo a seguir pues, más allá de su logro, es un padre de familia que trabaja a diario para superarse.
Mientras trabaja como comisionista en un expendio de bebidas en la capital de Chihuahua, Iram se prepara para esa experiencia que, asegura, visualizó desde pequeño: volar por los cielos y buscar una oportunidad en la NASA.
¿Qué recuerdas de tu infancia en la Sierra Tarahumara?
Me crié con mi abuela desde los tres años, ya que mi mamá migró a la ciudad de Chihuahua a buscar empleo. Tuve una niñez como las de antes: jugué con canicas, los troncos y la tierra; no existían los celulares. Desde chico veía cómo pasaban los aviones arriba de mí y me dije: algún día seré un piloto. Esa fue mi inspiración.
¿Cómo es un día en tu vida?
Me paro temprano, les doy un abrazo a mi esposa e hija y me voy al trabajo; soy comisionista en un expendio y luego me voy al aeropuerto a tomar mis clases de aviación y a adquirir mis horas de vuelo. Me gusta la vida que tengo, es trabajo, escuela y familia. ¿Qué más se puede pedir?
¿Y en tus tiempos libres">