El Miércoles de Ceniza es una de las fechas más importantes dentro de la religión católica debido a que marca el inicio de la Cuaresma, un tiempo de oración, limosna y ayuno, siendo una tradición que se ha llevado a cabo desde hace varios siglos atrás.
En la antiguedad, los judíos acostumbraban a cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio, mostrando su deseo de conversión a una vida ejemplar. En el año 384 d. C. la Cuaresma adquirió un sentido penitencial y en el siglo XI, la iglesia de Roma comenzó a utilizar la ceniza para marcar los 40 días de penitencia y conversión.
La Cuaresma se estableció en el siglo IV del 4 de febrero al 10 de marzo, marcando el inicio de las seis semanas de Pascua. Sin embargo, esto cambió cuando se estableció el ayuno como una práctica importante en la cuaresma.
¿Por qué inicia la Cuaresma en Miércoles de Ceniza?
Durante los siglos VI y VII, el ayuno se impuso como una práctica cuaresmal. Sin embargo, de acuerdo con la liturgia cristiana, el ayuno nunca se realiza en domingo pues se trata de un día de celebración dedicado a Dios.
Por lo tanto, la Iglesia se vio obligada a mover el día de cenizas del domingo al miércoles y durante esta misma fecha, se llegó al acuerdo de comenzar a celebrar la cuaresma, marcando los 40 días que pasó Cristo en el desierto, los 40 días del diluvio y los 40 días que marchó el pueblo judío en el desierto.
Durante estos días se establece un ayuno de carnes rojas como símbolo de la humildad y deslindarse de los placeres mundanos. Dentro de la cultura hebrea, la carne se relaciona con la lujuria, siendo considerada una falta de respeto al sacrificio que realizó Cristo.
Finalmente, la ceniza en la frente se consolidó como una tradición que tiene la finalidad de “limpiar los pecados”, pues al ser una tradición hebrea se creía que la ceniza cubría los pecados y marcaba un nuevo comienzo.
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