El compositor y director estadunidense John Adams dirigirá en agosto próximo su Concierto para violín (1994) con la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM), en la sala Nezahualcóyotl de la UNAM.
Adams (Worcester, Massachusetts, 1947), quien obtuvo el premio Grawemeyer de Composición por su Concierto para violín y por otras obras también fue ganador de tres Grammy (1989, 1998 y 2005) y un Pulitzer (2003), tomará la batuta como director huésped de la orquesta universitaria en los dos conciertos, el sábado 23 y domingo 24 de agosto, de la próxima temporada 2025, según su sitio web.
- Te recomendamos Joan Manuel Serrat recibe el Premio Internacional Ernesto Cardenal 2025 Cultura

El compositor y director John Adams será así la gran figura de la próxima temporada de verano de la Sinfónica de Minería, cuyo director artístico, Carlos Miguel Prieto, y el presidente de la Academia de Música del Palacio de Minería, Luis Antonio Ascencio, presentarán completa este jueves 5 de junio.
El solista será el italo-alemán Augustin Hadelich, frecuente invitado de la Sinfónica de Minería y ganador del Grammy 2016 en la categoría Best Classical Instrumental Solo, por su interpretación del Concierto para violín, L'abre des songes, de Henri Dutilleux, con la Seattle Symphony, bajo la dirección de Ludovic Morlot.
De hecho, Hadelich fue nombrado en abril pasado artista en residencia con la Orquesta Sinfónica de Boston para la temporada 2025/26, que abrirá en octubre próximo con tres interpretaciones del Concierto para violín de Adams, bajo la dirección de Andris Nelsons, seguido por un segundo programa en febrero de 2026 con Thomas Adès, que contará con el concierto de este compositor británico subtitulado Concentric Paths for violin and orchestra, según publicó la agencia del violinista.

Los desafíos
Adams es considerado uno de los compositores vivos más importantes y más interpretados en el mundo, con una prolífica obra que incluye polémicas óperas centradas en personajes o acontecimientos del siglo XX, como Nixon in China (1987), sobre la visita del presidente de EU Richard Nixon a China comunista de Mao Tse-Tung en 1972; The Death of Klinghoffer (1991), sobre el secuestro del crucero Achille Lauro perpetrado en 1985 por el Frente de Liberación de Palestina y el asesinato del anciano judío en silla de ruedas Leon Klinghoffer, que le ganó críticas a Adams de antisemitismo, o Doctor Atomic (2005), sobre Robert Oppenheimer, el Proyecto Manhattan y el desarrollo de la bomba atómica.
Apenas el pasado 12 de mayo estrenó en la Metropolitan Opera House de Nueva York Antonio y Cleopatra, basada en el drama de William Shakespeare, luego de que en la temporada 2023-24 tuvo la premier en ese escenario neoyorquino de su curiosa producción cantada en inglés, latín y español, el oratorio de Navidad El Niño (2000), que además de textos bíblicos, incluye poemas de Rosario Castellanos, textos de sor Juana Inés de la Cruz, la Nobel chilena Gabriela Mistral y Rubén Darío.
El compositor ganó en 2003 el premio Pulitzer a la Música por su pieza coral On the Transmigration of Souls (2002), en la que conmemora a las casi 3 mil víctimas de los atentados de Al Qaeda con aviones del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York, Washington y Pensilvania.
Además de contar con el director escénico Peter Sellars (1957) como su colaborador operístico, John Adams también ha desarrollado su faceta como director al frente de varias orquestas en Europa y EU.
En la primavera de 2003, el Lincoln Center presentó el festival John Adams: An American Master, el mayor a un compositor vivo. Su libro de memorias y viaje musical, Hallelujah Junction. Composing an American Life, se catalogó El Libro Más Notable del Año 2008, en la selección de The New York Times.
- Te recomendamos Rocío Hoffmann creó una escultura monumental del Titanic en Rosarito Cultura

En junio de 2023, la Biblioteca del Congreso anunció la adquisición de los manuscritos musicales y documentos del compositor, director de orquesta y escritor, que se unieron a los de “otros gigantes de las artes escénicas, incluidos Leonard Bernstein, Aaron Copland, George e Ira Gershwin, Martha Graham, Charles Mingus y Neil Simon”, conservados en la División de Música de esa institución.
Su Violin Concerto, de alrededor de 35 minutos de duración, fue comisionado por el New York City Ballet y tuvo su premier mundial el 19 de enero de 1994, en el Ordway Music Theater, en la ciudad de Saint Paul, con la Minnesota Orchestra dirigida por Edo de Waart y como solista Jorja Kay Fleezanis.
Dedicado a la memoria de David Huntley, de la editora inglesa Boosey & Hawkes, se divide en tres movimientos: I. Quarter note : 78; II. Chaconne: Body through which the dreams flows, y III. Toccare.
La London Symphony Orchestra, bajo la batuta de Ken Nagano y con Gidon Kremer en el violín solista, hizo la primera grabación del concierto de John Adams en 1996, bajo el sello Nonesuch.
La obra
Sobre su Concierto para violín, la página de Filarmónica de Los Ángeles cita palabras de Adams en su premiere el 9 de mayo de 1997, con Gidon Kremer de solista y el compositor dirigiendo a esa orquesta.
“La propuesta de escribir un concierto para violín vino de la violinista Jorja Fleezanis, amiga cercana y entusiasta defensora de la nueva música. Los compositores que no son instrumentistas de cuerda enfrentan serios desafíos a la hora de escribir un concierto, y las colaboraciones cercanas son la norma, como lo fue en este caso. Para aquellos que no han tocado un violín o un cello, la relación física de la muñeca izquierda girada y los dedos que sujetan desafía la lógica. Intervalos que deberían ser simples son torpes, mientras que gestos que parecen humanamente imposibles resultan ser rudimentarios.
“Un concierto sin una fuerte declaración melódica es difícil de imaginar. Sabía que si iba a componer un concierto para violín tendría que resolver el problema de la melodía. No podría haber producido algo así en la década de 1980 porque mi lenguaje compositivo era principalmente de sonoridades masivas surgiendo sobre grandes olas de energía. La armonía y el ritmo eran las fuerzas impulsoras de mi música de esa década; la melodía casi no existía. El aria 'News' en Nixon en China, por ejemplo, es menos melodía de lo que es declamación sobre lo que se siente como los acordes de un gigantesco ukelele.
- Te recomendamos 18 museos para conocer en Balboa Park Cultura

“Pero a principios de la década de 1990, durante la composición de La muerte de Klinghoffer, comencé a pensar más en la melodía. Esto fue quizás el resultado de estar parcialmente liberado por una nueva riqueza cromática que se estaba infiltrando en mi sonido, pero lo más probable es que se debiera a la necesidad de encontrar un medio melódico para establecer el libreto psicológicamente complejo de Alice Goodman.
“Como si para compensar años de descuidar la 'línea cantada', el Concierto para Violín emergió como una pieza casi implacablemente melódica —un ejemplo de 'hipermelodía'. El violín teje una larga frase tras otra sin parar durante casi los 35 minutos completos de la pieza. Adopté la forma clásica del concierto como un modelo platónico, incluso hasta el punto de colocar una breve cadencia para el solista en el lugar tradicional cerca del final del primer movimiento.
“El concierto comienza con una larga rapsodia extendida para el violín, una 'melodía sin fin' libre y fantástica sobre la escalera pulsante y regularmente ascendente de figuras en la orquesta. El segundo movimiento toma una forma recibida, la chaconne, y suavemente estira, comprime y transfigura sus contornos y modalidades mientras el violín flota como un espíritu desincarnado alrededor del tejido orquestal. El título de la chaconne, 'Body through which the dreams flows (Cuerpo a través del cual fluye el sueño)', es una frase de un poema de Robert Haas, palabras que me sugirieron la la dualidad de la carne y el espíritu que permea el movimiento. Es como si el violín fuera el 'sueño' que fluye a través del latido lento y regular del “cuerpo” orquestal.
“El 'Toccare' utiliza el impulso motor de las Shaker Loops para crear un vehículo virtuoso para el violín solo. Después del memorable estreno de Jorja Fleezanis, muchos violinistas han interpretado la pieza, y cada uno lo ha hecho con su propio estilo y comprensión únicos. Entre ellos se encuentran Gidon Kremer (quien hizo la primera grabación con la London Symphony), Vadim Repin, Robert McDuffie, Midori y, quizás, lo más sorprendente de todo, Leila Josefowicz, quien ha convertido la pieza en su tarjeta de presentación personal durante años”.
- Te recomendamos Cristina Rivera Garza habla sobre Terrestre, su nuevo libro: "es como el lado B de El invencible verano de Liliana" Cultura

BSMM