Cultura

“Uno de mis más grandes sueños es cantar en Teotihuacán, Tajín o Chichen Itzá”: Camarena

El tenor jalapeño arranca este jueves 3 de abril su gira 2025 por cuatro ciudades del país: Querétaro, Guanajuato, Guadalajara y Ciudad de México.

El tenor Javier Camarena ha cantado en los mayores escenarios operísticos del mundo, del Teatro de la Scala de Milán a la Metropolitan Opera House de Nueva York; del Colón de Buenos Aires, al Real de Madrid; de Corea del Sur a Abu Dhabi. Pero sueña con un recital en zonas arqueológicas de México: en El Tajín, Teotihuacán o Chichen Itzá, como los que hicieron Luciano Pavarotti o Plácido Domingo.

“Uno de mis más grandes sueños es poder cantar, hacer un concierto en Teotihuacán, en El Tajín, en Chichén Itzá. ¿Cantar en el Zócalo? Sí me gustaría, pero me emocionaría mucho más lo otro”, confiesa.

Y también lamenta que México adolezca de opciones para que cantantes de ópera puedan trabajar aquí.

En vísperas de cumplir sus 49 primeras primaveras, el pasado 26 de marzo, Camarena (Xalapa, 1976) conversó sobre su carrera de 20 años (por la que emprende una gira en cuatro ciudades: Querétaro, Guanajuato, Guadalajara y Ciudad de México) y en la que destacan sus papeles en óperas belcantistas, como el que le llevó a cantar sinúmero de bises en escenarios, como el de la MetOpera, con La fille du régiment, título con que llenó el Auditorio Nacional en la transmisión en vivo desde Nueva York en 2019 y con el que debutó en Bellas Artes en el 2004 y celebró ahí mismo 15 años de cantante en 2020.

—¿Qué destaca de 20 años de una carrera prodigiosa en la ópera?

¡Guau! Destacaría la posibilidad de ser un testigo en primera fila del maravilloso arte que es la ópera, de lo mucho que sigue conmoviendo y emocionando al público de hoy y de lo increíble y cariñoso que pueden ser los aficionados a la ópera. Estoy tremendamente agradecido con dios y con la vida, por esta oportunidad de desempeñarme en un oficio, en una profesión que disfruto y amo tanto, de haber hallado esta forma de expresión creativa que tuvo eco en oídos y corazón de tanta gente en el mundo.

—Y como testigo, ¿qué cambios ha atestiguado en la historia de la ópera?

Los cambios van también de la mano de los avances tecnológicos. Lo vemos en las transmisiones de funciones en vivo de la MetOpera y de otros teatros, en las que la ópera sale de ese lugar reservado, tan íntimo que son los teatros y se comparte de manera masiva. Eso nos lleva a cumplir con muchos otros requisitos que antes tal vez no eran de tanto cuidado o de tanta exigencia, de tanta necesidad.

—¿Cuáles requisitos señalaría?

Hoy día, la presencia escénica, el dominio del escenario, ser convincente como actor y como personaje, es de las cosas que se toman muchísimo en cuenta. Es parte de este desarrollo y evolución que ha tenido la ópera. Lo mismo que me he encontrado con propuestas escénicas tradicionales, que van muy de la mano al libreto original, como de adaptaciones geniales que la ponen en una situación temporal mucho más contemporánea; y no tan geniales, que resultan un completo disparate y absurdo.

“Claro que he visto todo eso, pero es parte de este proceso y de este deseo de mantener viva la ópera, de darle esta importancia y esta actualidad, porque hay temas que no han pasado de moda desde hace 200 años y que puede uno seguir encontrando situaciones muy similares a las que describían sus compositores o estos escritores. Y, vaya que sigue siendo un arte muy vivo, desde los teatros que presentan óperas clásicas, como los que ofrecen nuevos títulos, compositores, algo más actual”.

—Sobre la MetOpera. Hace varias temporadas que ya no lo vemos en ese escenario. ¿Por qué?

El teatro de la MetOpera justo es uno de los que han despuntado en el sentido que hablaba. Sí, es verdad, no he estado en el Met porque el Met normalmente contrata con mucha anticipación, pero la agenda mía se fue llenando con más anticipación que la que podría ofrecer el Met y ha sido complicado cuadrar compromisos porque chocan las agendas, realmente ha sido muy difícil. Y no es que hayan faltado las invitaciones, pero ha estado complicado poder organizar el calendario.

—Y en estos 20 años de cambios ¿cómo ha cambiado la voz del tenor Javier Camarena?

Pues sí, esto es una parte muy natural que sucede en todas las voces. Yo estoy ya a un escalón del quinto piso (50 años de edad) y obviamente han sido 20 gloriosos años cantando óperas de lo más complicadas. Y, aunque sigo siendo yo muy solvente en el registro sobreagudo, que es lo que ha caracterizado a mi carrera, pues la voz ha ganado en peso, se ha vuelto un poquito más oscura, entonces esto me da la oportunidad de pensar en afrontar otro repertorio, que si no llega a ser el más dramático, sí es un repertorio que va, por ejemplo, a la parte del romanticismo francés, y que además es algo que me encanta, que me acomoda mucho. He estado haciendo en estos años Romeo y Julieta, de Charles Gounod, por ejemplo, que igual es tremendamente difícil, pero que es hermosa y con la que me siento tremendamente cómodo. Y pues es ir en este continuo reconocimiento de la voz, de abrazar las nuevas cualidades y aprovecharlas al máximo en el estudio de nuevos títulos y de nuevo repertorio.

—Estamos conmemorando 700 años de la fundación de Tenochtitlan. Y justo en su gira va a cantar con esa efeméride de contexto en el Palacio de Bellas Artes. Como testigo desde el exterior y desde el interior ¿cómo ha visto las transformaciones que ha tenido México en dos décadas?

Es un esfuerzo enorme el que se realiza en nuestro Palacio de Bellas Artes para la organización de la ópera. Siempre lo hemos dicho, todos los que estamos dentro y fuera de México lo sabemos: nuestro país es un semillero de voces y de talentos. Y sería maravilloso que fuera como los italianos que montan sus temporadas en teatros de diferentes ciudades y los italianos están cantando y trabajado en ellas. Es la parte que adolecemos mucho, los que estamos viviendo nuestra profesión fuera de México.

“Qué bendición sería realmente poder trabajar en mi país y recibir un trato y salario dignos. Es una situación muy complicada, lo es en todo el mundo. La comunidad artística es tan importante como los matemáticos, los médicos, los arquitectos... Es fundamental para la sociedad y también necesita atención y cuidado. Se hacen esfuerzos para seguir ofreciendo espectáculos de calidad al público”.

—Usted siempre ha abogado por los esfuerzos particulares de sus colegas mujeres. En enero la soprano noruega Lise Davidsen anunció que estaba embarazada de gemelos y que cancelaría sus presentaciones después de su protagónico en Fidelio con la MetOpera. Su anuncio fue algo insólito, inédito. En una entrevista que tuve con su coprotagonista David Butt Philip me habló sobre el tema y abundó con que en casas como la MetOpera también se está buscando paridad en la dirección de las orquestas. ¿Cómo ve el futuro para las mujeres en la ópera en estos rubros?

Lo veo con mucho optimismo y lo abrazo. Esta oportunidad de tener líderes femeninas en las direcciones orquestales, realmente también lo considero un gran acierto y celebro esta oportunidad y esta apertura porque hay grandes directoras. En México tenemos a Alondra de la Parra, por mencionar una. Yo no he tenido muchas oportunidades de trabajar con directoras. Pero celebro que estén creciendo en términos de oportunidades y estoy seguro que así seguirán. La MetOpera está siendo punta de lanza en muchos aspectos y es parte de sus reglas tener maestros directoras en sus producciones. Y eso está siendo replicado en muchos teatros internacionales. Es un gran acierto y lo celebro sobremanera.

—Y respecto al ejemplo que le ponía de Lise Davidsen, ¿qué opina de cómo la condición de mujer, en este caso por embarazo, repercute en su carrera, en tener que cancelar contratos?

Ahora mencionas a Lise Davidsen. A mí me tocó ver en Barcelona a Nino Machaidze, por ejemplo, hacer funciones de Il turco in Italia embarazada de su primer hijo. Creo que, no sólo en la parte que corresponde a las artes, sino en todos los ámbitos, debe erradicarse cualquier discriminación a la mujer, en particular por cuestiones naturales y de vida. Y, por el contrario, dar todo el apoyo y soporte.

“Te voy a ser sincero, te voy a hablar desde la ignorancia. No debería hacerlo, pero lo haré. Todas las empresas deberían comprometerse en la seguridad social en cuanto a lo que necesita también una mujer de recuperación después del parto, como lo es en diferentes lugares en los que a mí me ha tocado estar. En Suiza, por ejemplo, una mujer tiene licencia de prácticamente dos meses antes del parto y hasta tres meses después. ¿Por qué? Porque se le da la importancia a esa parte de la vida en la mujer, que es la de procrear, dar vida, y a la importancia que tienen esos primeros meses dentro de la existencia de un individuo y de la presencia materna, sin estrés, sin temor, estar para procurar a su hijo”.

—Su nueva gira arranca en Querétaro el 3 de abril, un escenario nuevo para usted, el Teatro Josefa Ortiz de Domínguez, una de las mujeres más importantes en la historia de México. Y hablando de mujeres, en estos 20 años, un cambio fundamental es que hoy tenemos a una mujer en la presidencia de México. ¿Cómo valora este cambio? ¿Cómo lo proyecta hacia el futuro?

Yo, desde un inicio de la gestión de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, siempre lo dije: Desde mi perspectiva, representa un gran avance en nuestra sociedad. Hace 10, 15 años, el pensar que una mujer ocupara el cargo más importante de nuestro país era algo que se tomaba como chiste. Y que ahora haya una mujer en la presidencia a mí en lo particular, la verdad, si me llena de orgullo muy especial por la sociedad, por mi país. Y, como lo dije en su momento, y lo repito hoy: le deseo todo el éxito en su sexenio, porque desearle éxito a ella como nuestra líder, desearle éxito a ella como jefa de una nación, de nuestra nación, es desearle el bien a nuestra nación. Espero que todas sus decisiones y todas sus gestiones sean las que nuestro pueblo necesita. Y con ello le deseo todo el éxito posible.

—Ahora que todo mundo quiere cantar en el Zócalo. ¿Le gustaría cantar en el Zócalo, maestro?

No sé. Es que, ¿sabes qué? A ver, me haces esta pregunta, pero no lo digo con desdén o con, no sé. Uno de mis grandes sueños, uno de mis más grandes sueños es poder cantar, obviamente con todo el respeto y el orgullo que para mí esto significa, en alguna de nuestras zonas arqueológicas importantes, eso sería para mí uno de mis más grandes sueños: hacer un concierto en Teotihuacán, en El Tajín, en mi Veracruz, en Chichén Itzá, no sé. Eso sería algo para mí muy, muy emocionante. Y ése sí sería uno de mis grandes sueños. ¿Cantar en el Zócalo? Sí me gustaría, pero me emocionaría mucho más lo otro.

—¿Quién es hoy Javier Camarena?

Soy un enamorado de la música y enamorado de mi profesión.

—A punto de cumplir 50 años de edad y 20 de carrera, ¿hacia dónde va Javier Camarena?

Sí, ya en un año cumplo 50 años. Y ahora una de mis grandes metas es cumplir con esa máxima que es trabajar para vivir y no vivir para trabajar. Estos 20 años han sido, se me han pasado rapidísimo porque la inercia me ha llevado con tantas y tantas cosas que me ha tocado vivir. Hoy, quiero seguir caminando en mi profesión, en mi carrera, con un paso un tanto más tranquilo, con la oportunidad también de vivir, de compartir tiempo con mi familia, con mis hijos, con mi esposa, con mis padres y hermanos. ¿Que adónde voy? A seguir disfrutando de este trabajo y de la vida con la gente que amo.

***

El tenor jalapeño arranca este jueves 3 de abril su gira 2025 con su debut en el Teatro Josefa Ortiz de Domínguez de la ciudad de Querétaro, con la Orquesta Filarmónica de Querétaro, bajo la dirección del que considera su “padrino”, Enrique Patrón de Rueda, con quien hizo la primera ópera de su carrera en el Palacio de Bellas Artes, en 2004, como el Tonio del título de Gaetano Donizetti tan emblemático en su trayectoria, en particular por su histórica interpretación del aria “Ah! Mes amis, quel jour de fête!”.

Sus presentaciones continuarán con recitales el sábado 5 de abril en el Teatro Bicentenario de Guanajuato, con su pianista de cabecera, el cubano Ángel Rodríguez; el jueves 10, en el Teatro Plácido Domingo de Guadalajara, y su cierre será justamente en Bellas Artes, el domingo 13 de abril próximo.


PCL


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José Juan de Ávila
  • José Juan de Ávila
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  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.
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