Tras su estreno en la plataforma Prime Video, la película Otro pequeño favor se ha colocado como la más vista durante su fin de semana de estreno.
Ya en 2018, Anna Kendrick, Blake Lively y Henry Golding habían estrenado la película Un pequeño favor, adaptación del libro homónimo de Darcey Bell, que mezcla comedia negra y suspenso al contar la historia de dos madres que se hacen amigas y que, luego de varios desencuentros, se enemistan a tal grado que una de ellas termina en prisión.
Paul Feig, director de la primera cinta, trae de regreso a Anna, Blake y a Henry para un nuevo capítulo de la historia, ahora más inclinado a la comedia, donde Emily (Blake) ya ha salido de la cárcel y urde un plan para vengarse de Stephanie (Anna), quien se ha hecho conocida por escribir un libro de lo sucedido en la primera película, y de su ahora exesposo Sean (Golding), a quienes invita a su boda con un mafioso italiano.
¿Amigas o enemigas en la vida real?
Como muchos saben, la actriz Blake Lively se ha visto envuelta en un escándalo que comenzó el año pasado al acusar a Justin Baldoni, director de la película Romper el círculo, de acoso sexual y de haber orquestado una campaña de desprestigio en contra de ella. El problema escaló a un juicio legal y hasta su esposo, el también actor Ryan Reynolds, terminó involucrado.
Desde la controversia, Blake ha tenido pocas apariciones mediáticas, la mayoría solo Para la promoción de Otro pequeño favor, donde en contadas ocasiones se le vio junto a su coprotagonista, mostrando aparente incomodidad entre ambas. Eso desató rumores de que la enemistad vista en la película trascendió la pantalla, pues incluso Anna evadió preguntas referentes a Blake en distintas ocasiones.

Perfectas juntas
Por otro lado, el cineasta Paul Feig, en entrevista con MILENIO habló sobre el trabajo que hizo con Blake y Anna para capturar esos sentimientos de odio y animadversión entre sus personajes.
“Al principio fue muy divertido en la primera película ver cómo una amistad se convirtió en una no-amistad, al punto de terminar como enemigas. Fue genial verlas volver a esa dinámica, su química es muy alta y cuando se unen, especialmente en las escenas donde se sinceran mutuamente, es divertido verlas interactuar”, dijo el director, reduciendo su interferencia ante la facilidad de las actrices para interpretar los papeles.
“Solo me siento y dejo que suceda. Las grabo a ambas al mismo tiempo para así obtener sus reacciones en cámara. Son perfectas juntas”, agregó.
Una perspectiva diferente
Al preguntarle a Henry Golding sobre cómo fue volver a trabajar con Blake y Anna de nuevo, respondió sin mencionar directamente a las actrices: “El primer día que nos reunimos fue para la escena del lobby, estábamos en Capri (Isla donde se realiza la boda en la historia), cuando en la primera nunca salimos de Vancouver. Ahora también tuvimos este increíble reparto adicional, por lo que fue liberador, para ser honesto”, comentó el actor.
“Muchas veces, cuando entras en un proyecto, debes entrar en la mentalidad del personaje, pero vivimos estos personajes por mucho tiempo, por lo que es como ponernos unos pijamas y decir: ‘¡Sí, divirtámonos!’”, comparó Henry sobre regresar a su papel, que en la secuela tiene un gran resentimiento contra las protagonistas.

“Es la primera secuela que hago y es genial volver a un personaje, somos los mismos, pero con una perspectiva totalmente diferente de la vida, porque es un hombre que ha sido atrapado por estas personas muy dominantes”, agregó.
El vestuario, otro protagonista
“Mi diseñadora de costumbre, Renee Ehrlich, participó en la primera y ha hecho todas mis películas desde entonces. Ella y yo planeamos cómo queremos que se vean en general y luego traemos a los actores para que opinen, Blake y Anna tienen opiniones muy fuertes sobre cómo les gustaría que los personajes se vistieran”, explicó Feig.

La diseñadora de vestuario Renee Ehrlich, también explicó que la inspiración partió de la idea de dónde estarían los personajes años después y también como un medio para generar pistas de lo que pasa en la historia, como una narrativa adicional desde la vanidad de Blake o el cómo Anna se resiste a caer en su juego.
“La impresión inicial que causa Emliy, a quien Stephanie se imaginaba en la cárcel, llega con un vestido Chanel de rayas horizontales y lleno de cadenas incluyendo en las manos; es muy sugerente y la hace intimidante”, explicó sobre la primera aparición en la película de la actriz conocida por la serie Gossip Girl.

“Otro ejemplo es el elegante vestido de la boda, que se hizo en una famosa tienda en Roma, lo amplio del vestido mantiene a todos lejos y crea tensión cuando notan el rojo sangre al final del velo de 40 pies de largo bordado con cristales, es un detalle que te deja pensando en lo que está por venir”, compartió Ehrlich.
CST