Por esa capacidad que tiene la música de transportar a “sentimientos, otros tiempos y recuerdos”, Guillermo López sentía, en su infancia, que era “lo más cercano a la magia”.
Creció y entró a estudiar Comunicación social a la UAM Xochimilco. Ahí conoció una cabina de radio y “fue sorprendente”. ¿Qué lo asombró? “Que puedes interactuar sin que te vean”, dice a MILENIO.
En esa etapa escolar nació su interés por hacer un proyecto musical, que capitalizó durante el confinamiento provocado por el covid-19. Bajo el nombre de Chitu, el músico arrancó su labor de “canta-cuentos urbano”: canciones temáticas orientadas a la fantasía, el misterio y cosas paranormales.
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A finales de enero, lanzó un disco de corta duración (cinco canciones), El Grimorio de Chitu, que con una base pop rock le ha permitido ampliar su rango de escuchas. "Cuando iniciamos hace 3 años no catalogaron como un Cri-Cri". Ahora, las estadísticas le muestran que gente entre 15 y 40 años lo reproduce.
Inspirado en proyectos como Miranda y Esteman, no titubea al decir que es "un artista pop tratando de mezclar historias paranormales", que ha ido descubriendo en películas, libros, charlas con otras personas y "experiencias propias".
"Soy sensible a lo paranormal y eso lo transformé en canciones", declara, antes de resaltar su orgullo al ver que los mitos y leyendas que nutren sus canciones, poco a poco se abren paso en otros países.
Con su nuevo álbum, que llevó a su perfil de Spotify a tener más de 30 mil escuchas mensuales Chitu también desea romper una "barrera": pasar de lo virtual a lo presencial. "Estamos en busca de bookers para entrar a festivales", dice.
De su show en vivo, detalla que que "muy teatral", pues "llego como un monje, trato de llevar bailarinas, se aparece el Charro negro. Cuento la leyenda, muy resumida, y luego inicia la canción. Es una travesía el show en vivo".
¿Cómo te sientes ante la voracidad del consumo musical actual?
Esa es una barrera: la manera que se están consumiendo los contenidos. Es una bestia, porque hay gente que es chef porque tiene que estar cocinando todos los días. En el caso del cantante, e más difícil porque no puedes hacer una canción diario. Es un desgaste mental y de creatividad. Un EP o sencillo, se olvida máximo a las dos semanas. Si es que no marcó algo de valor entre las personas, se olvida en dos semanas. Ha sido una barrera porque no somos tiktokers o influencers.
Partiendo de lo anterior, ¿cuál es tu definición de artista?
El arte del tiktoker de bailar, crear coreografías, de maquillarse, es importante. Pero siento que es diferente a un cantante. Todo es arte, pero el arte de escribir una canción, componerla o hacer un video musical, es distinto a grabar un cover.
¿Qué metas tienes en lo inmediato?
No hay que ser avorazados. Sí hay que aspirar a mucho, pero hay que ir paso a pasito me gustaría la Feria del Libro, tocar ahí. Y colaboraciones más grandes.
¿Qué es lo mejor de hacer música?
Más que por ganar dinero, es amor al arte. Amamos el cine, amamos la música, y lo hacemos más que nada por eso. Que el objetivo es ganar dinero. Es un proyecto a largo plazo.
hc