A los alrededores del Auditorio Blackberry parecía haber más personas que te cobraban por estacionamiento (a pesar de haber parquímetro vigente) y revendedores que asistentes. Definitivamente más revendedores que en otros conciertos con mayor público. Sin embargo, los fans de Xavi no decepcionaron: para las 21:30 (hora de inicio del concierto) los dos niveles del recinto estaban completamente llenos.
Minutos antes de la aparición de Xavi en el escarnio, su público, impaciente, chiflaba intentando apurar el inicio del concierto y a la par que salieron sus músicos, los celulares también iluminaron el lugar.
“Gracias por estar aquí, estoy muy agradecido y es un orgullo ser mexicano”, dijo Xavi después de “Poco a poco”, la canción que le da nombre a su gira y la primera de su repertorio.
Decenas de jóvenes coreaban cada palabra de las canciones del mexicano que en los últimos meses ha conquistado a la audiencia nacional. Definitivamente los corridos tumbados tienen un espacio en Ciudad de México; el público que acudió al Auditorio BB podría describirse como ecléctico: padres y personas adultas que acompañaban a muchos niños y los subían a sus hombros. Jóvenes entre 25 y 30 años, pero también muchos menores de edad. Este fue un espacio que presenció niños cantando: “Compré un 24 y subí, ¿qué hay que hacer?”.
Canciones como “Ya te superé”, “Amigos con derecho”, “Zero sentimientos”, “La víctima” — una de las más cantadas de la noche — “Sin pagar renta”, “Corazón de piedra”, “3 am” y el popular cover de “Rayando el sol”, de Maná (en honor de una canción icónica para el cancionero mexicano), también formaron parte del repertorio de la noche. Pero, por si no quedaba clara la popularidad de este género en las audiencias más jóvenes, un momento interesante se vivió cuando Xavi subió a dos niños — Óscar y Renata — al escenario para tomarse fotos con ellos y leer el cartel que le escribieron.
Xavi subió a otro niño — Brian — para cantar “La diabla”, su tema más popular y compartió con él el micrófono en gran parte de la canción y también le regaló una gorra.
“¡Ya cántale!”, gritaban algunos, mientras que otros se disponían a grabar cada momento de Xavi sobre el escenario, quien canción tras canción demostró la fuerza que ha ganado el regional mexicano entre los jóvenes, así como la frecuencia con la que nuevos ídolos continúan apareciendo dentro de los corrido tumbados.
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