La historia de Américo Navarro, un hombre que perdió una pierna hace seis años tras un accidente laboral, es un ejemplo de que la voluntad de vivir puede superar cualquier adversidad.
Su historia, difundida por la plataforma Milenio-Telediario, conmovió tanto a los espectadores, que la ayuda llegó de donde menos lo esperaba; y ahora en febrero recibirá una prótesis que cambiará su vida, gracias a la fundación Karma Life.
La resiliencia ha sido el mejor amigo de Américo
Durante años, Américo se ha sostenido con fuerza y resiliencia.
Su accidente lo dejó en cama durante tres años, le costó su matrimonio y, aun así, decidió no rendirse.
Desde entonces, trabaja como mecánico, viviendo en un taller en Escobedo, donde día a día desafía los límites que su cuerpo le impuso.
“Cuando me amputaron, no lo pensé mucho. Quería seguir adelante y dejar la cama atrás”, comentó.
Sin embargo, nunca imaginó que alguien pudiera ofrecerle la oportunidad de caminar nuevamente con una prótesis.
Ese “alguien” fue Gabriel Rex, fundador de Karma Life, quien también perdió una extremidad hace 30 años.
Al escuchar la historia de Américo, Gabriel no pudo contener la emoción.
“Me conmovió cuando dijo que para qué preguntar por una prótesis si no podía comprarla. Fue como escuchar ‘¿para qué quiero tener hambre si no hay comida?’. No podía quedarme sin hacer nada”, confesó.
Karma Life, brinda una nueva oportunidad a quienes más necesitan
Desde hace año y medio, Karma Life ha brindado prótesis a quienes lo necesitan, financiando sus esfuerzos con las ganancias de las novelas que Gabriel escribe.
Américo recibió la noticia con humildad y sorpresa. “No me lo esperaba. Ojalá sea en febrero o cuando sea, pero seguiré adelante con mi trabajo. Me siento bendecido, como si la Virgen de Guadalupe me hubiera sonreído. Ahora me toca a mí salir adelante”, expresó, con los ojos brillantes.
Población puede apoyar a Américo
Para quienes quieran apoyar a Américo, su taller es también su hogar, en la avenida Raúl Salinas Lozano, número 301, en la colonia Joyas de Anáhuac, Escobedo.
O bien al número de cuenta, 41 52 31 37 43 38 10 35 de BBVA.
Su historia no solo habla de lucha y sacrificio, sino de esperanza y la capacidad infinita del ser humano para levantarse, una y otra vez.