A pesar de su avanzada edad, Joaquina Mateo cerró carreteras, dirigió un plantón en el zócalo de la Ciudad de México y no paró en manifestaciones en defensa de su hijo William, un cerrajero de Cosoleacaque, Veracruz, acusado injustamente de dar muerte a una joven madre y sus dos pequeños en Altamira.
Apoyada en un bastón, la adulta mayor no paró en protestas y logró visibilizar el caso, atrayendo la atención de la opinión pública nacional para gritar la inocencia de su hijo, pese a que las autoridades investigadoras insistían en condenarlo por tres crímenes que no cometió.
“Jamás dudé de la inocencia de mi hijo, yo sé lo que tengo”, expresó la señora, quien destaca el apoyo de la comunidad, parientes, amigos y vecinos, y los abogados Victoria Eugenia Morales Aguirre y Jorge Iván García Morales, que la ayudaron a sacar de la cárcel a su hijo sin cobrarles un peso.
- Te recomendamos Piden justicia para Guadalupe, joven encontrada sin vida en laguna de Altamira Estados

“William jamás salió del pueblo, pero a toda costa lo querían condenar, por eso empezamos nuestra lucha confiando en Dios que todo se iba a aclarar y que iban a encontrar al verdadero culpable, tal como sucedió”. Su apacible vida cambió radicalmente hace casi cuatro años y se convirtió en una verdadera pesadilla, cuando William Gabriel fue acusado del triple crimen cometido en el fraccionamiento Las Haciendas II de la ciudad industrial.
Ahí fueron privados de la vida Rosa Angélica y sus pequeños hijos Alexis y Mónica, y con el tiempo se demostró que las presuntas responsables fueron una pareja de mujeres que solían convivir con la joven madre cuando esta se encontraba en su día de descanso. Los niños las conocían muy bien y las consideraban amigas de su mamá, pero esa noche, todo se salió de control y la charla dio paso a la tragedia.
La lucha de Joaquina Mateo coadyuvó en una presión social pocas veces vista y la autoridad terminó reconociendo que el acusado no tuvo que ver en los hechos. La pareja en su huída, llegó a Cosoleacaque para refugiarse en la casa de la abuela de una de ellas, pero al no tener llave buscaron al único cerrajero del pueblo, a quien le pagaron el servicio con 200 pesos y el celular del niño que habían asesinado junto a su madre y hermana.
De esa forma se deshicieron de la evidencia y empezó la pesadilla para William y su mamá; pero esta última no se cruzó de brazos y a pesar de su diabetes y otras enfermedades crónicas que padece, sacó fuerzas para empezar la batalla. Poco después, el ministerio público tuvo que retractarse luego de desvanecerse las supuestas pruebas que incriminaban al veracruzano y este salió de la cárcel.
“Las mamás mueven cielo, mar y tierra por sus hijos, a él le sembraron pruebas, pero ella nos demostró que por un hijo se da todo y se logran muchas cosas”, destaca la integrante de la Barra de Abogados del Golfo de Tamaulipas.
Las culpables del triple crimen, por su parte, Diana Alicia “N” y Wendy Yaneth “N”, están pagando el delito de ultrajes a la moral en Veracruz y cuando terminen su condena, serán trasladadas a Tamaulipas, donde les espera una pena de 150 años de cárcel para cada una.
- Te recomendamos La cruz más grande de México está en Tamaulipas; así puedes llegar desde Tampico Estilo

SJHN