El padre José Luis Piña abordó junto con otros 89 pasajeros el vuelo AM 2496 de la compañía Aeroméxico. Se trasladaba desde la Ciudad de México a Reynosa, en una de las conexiones frecuentes que tiene la empresa en Tamaulipas de manera diaria y a temprana hora. Lo que sucedió minutos más tarde se convirtió en uno de los grandes sustos.
La nave, un Embraer 190, prácticamente estaba en territorio tamaulipeco cuando los pilotos detectaron humo en su cabina. La indicación inmediata fue desviarse y dirigirse a la terminal más cercana, en este caso Tampico. Todo esto provocó mucha incertidumbre, tensión y en algunos casos hasta pánico, incluida a la tripulación.
“El avión se sentía inclinado y en picada, evidentemente el capitán aceleraba para compensar, hay que reconocer que la situación se manejo muy profesional. El susto fue grande”, declaró el sacerdote a MILENIO, al conocerse la emergencia y la obligada maniobra a fin de salvaguardar la integridad física de s y el personal.
Fue por la mañana cuando se vio a la aeronave recibir el permiso de la torre de control y tocar tierra. La preocupación se tradujo en calma aunque todavía quedaba por esclarecerse a los propios viajeros y al público en general cuando comenzó a darse la notificación del incidente, cuáles fueron los verdaderos motivos.
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El propio capitán notificó de la llegada al puerto tamaulipeco, muy escuetamente les indicó lo sucedido y la manera cómo habría que abandonar. Todos quedaron resguardados en una de las salas de la mencionada terminal.
“Se detectó humo en la cabina sin que se presentara fuego. En apego a los protocolos de seguridad de la compañía, el capitán decidió realizar un desvío a Tampico, aterrizando la nave sin inconvenientes. Los clientes y la tripulación se encuentran a salvo, no requirieron atención médica. La aeronave se encuentra en revisión por el personal técnico para determinar las causas del incidente, así como garantizar que se cumplan con los estándares de calidad”, expuso la referida aerolínea.
Mientras el área técnica procedió a la revisión exhaustiva de dicha cabina y encontrar las redes causas de la aparición del humo, llegó otro avión por esos pasajeros y al mediodía emprendió el vuelo hacia la ciudad fronteriza.
“Bendito Dios nos enviaron un avión, ya aterrizamos en Reynosa, la situación en cabina fue muy tensa, pues una azafata se vio muy preocupada, el capitán solo nos mencionó que fue una falla, los pasajeros a mi alrededor si entraron en pánico, tuvimos varias turbulencias”, apuntó el padre Piña.
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