El arte, tradición y estilo de la fiesta flamenca se instaló en Viñedo San Francisco, donde por segunda ocasión se llevó a cabo la Vendimia Brava.

Los invitados lucieron la moda sevillana, de la cual la bailaora, María Aliaga, puso la muestra con el estilo y garbo que la distingue, tanto en la fiesta, como cuando se apoderó del tablao y de la atención de los invitados al derrochar la pasión que con maestría le imprime a cada uno de sus movimientos.

La cita fue a la 1 de la tarde, para entonces, todo estaba listo para iniciar la fiesta, las cabinas donde las familias o amigos en grupo disfrutaron la tarde y noche, tanto de la convivencia, como de la comida y del arte que los bailadores derrocharon en el tablao, como parte del espectáculo que coordinó Diana Martínez; los rejoneadores, los jinetes y las carretas también estaban preparados para ejecutar sus respectivas tareas y ser parte de la experiencia que preparó el anfitrión, Carlo Gallardo, para sus invitados.

A partir de entonces inició el colorido desfile con la variedad de atuendos que representaron la moda sevillana que reinó en la Vendimia Brava.

Ellas con ceñidos y coloridos vestuarios que en encajes, telas estampadas o lisas con una variedad de olanes que delineaban sus figuras; el outfit lo complementaron con largas peinetas, claveles rojos o mantoncillos que hacían juego con el color de sus vestidos, todo a la usanza de la tradición flamenca.

Y ellos luciendo de etiqueta completaron la variedad de escenas que reprodujeron la moda de la tradición española.
Como parte del disfrute que se vivió en la Vendimia Brava, la música que se combinaba con el zapateo de los bailarines de flamenco se esparcía por toda la zona, mientras los jinetes se lucían con el dominio de sus córceles.

En tanto los pequeñines se podían divertir en un paseo en carreta alrededor del viñedo; mientras los rejoneadores y jinetes entraban en acción para dar muestra y dominio de su arte.

Los paisajes en el montaje que se instaló en el viñedo fueron más que ideales para la reproducción de las escenas que se multiplicaron por toda la zona, incluso al lado de la inmensa muñequita Lele, que también fue parte de la celebración.
CLAVES

Áurea Boutique
Para quienes no tuvieron tiempo de preparar su vestuario, Áurea Boutique fue la solución, ya que el stand de Rita y Rodrigo contaba con todo lo necesario para entrar al mundo flamenco, desde una flor roja, hasta un elegante vestido, un singular sombrero y hasta el calzado necesario para ser parte de la fiesta.

El arte para llevar
El arte flamenco también tuvo presencia en la zona de compras, a través del stand Iberoamérica Art Galery, donde una diversidad de pinturas y obras de arte fueron la opción para adquirir un detalle alusivo a la temática de la fiesta.

Cleviá, nueva sede para descansar
Como parte de las novedades destacó el stand de Cleviá Autograph Collection, el nuevo hotel que hace unas semanas abrió sus puertas en San Miguel de Allende, y cuyas instalaciones (cómodas y amplias habitaciones, alberca y jacuzzi y la exquisita propuesta gastronómica del chef Eduardo Osuna), aunadas al servicio que encabeza su director Julio Sánchez Mejorada, garantizan el descanso pleno.

La experiencia con tequila Enemigo
Como parte de la experiencia, los invitados degustaron el tequila Enemigo que llevó Luis Felipe Cueva, lo mismo derecho que en las propuestas que ofrecieron los mixólogos, con durazno o limón.
AJR