De todas las cosas que Disney le ha dado al mundo, quizá hay una que ha llegado a casi todos los hogares: los Doritos. Esta botana se inventó en Disneyland, pero no sólo eso, pues comenzó siendo un desperdicio.
Disneyland abrió sus puertas en Anaheim, California en el año 1955. En sus primeros días, un restaurante llamado Casa de Fritos inventó Doritos reutilizando tortillas rancias que compraban a un vendedor local.
Utilizaron las tortillas sobrantes y las cortaron en triángulos como el tradicional totopo mexicano, las freían y añadían un condimento básico.
Las nuevas botanas demostraron ser tan populares que Archibald West, vicepresidente de marketing de Frito-Lay, se dio cuenta de su popularidad y logró un acuerdo para venderlas a nivel regional en 1964.
Para 1966, los Doritos se lanzaron a nivel nacional.
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Los Doritos se convirtieron en las primeras tortillas fritas que se lanzaron a nivel nacional en Estados Unidos. Para los años 90, las ventas de Doritos ascendían a 1.2 millones de dólares y un año después, Frito-Lay los rediseñó para hacerlos más grandes y delgados, además de redondear los bordes.
El cambio se dio para diferenciarse de los totopos servidos en restaurantes y para evitar que el producto llegara a los consumidores con las esquinas rotas. Además se les aumentó el condimento y logaron un sabor más intenso.
En cuanto a la Casa de Fritos, inventora de los Doritos, se convirtió en Casa Mexicana después de que terminó el patrocinio de Frito-Lay. Actualmente sirve un menú de inspiración mexicana y Disneyland conserva una copia de la casa original en el parque.
Como dato curioso, cuando Archibald West murió en 2011, pidió que lo enterraran con su invento favorito. La familia de West cumplió con sus deseos y arrojó a Doritos a su tumba en Dallas antes de que lo enterraran, según el SF Gate.
evr