Apenas recibió el reconocimiento de Sabor es Polanco, Abigail Mendoza lucía feliz, orgullosa de sí misma y de su cocina zapoteca, esa que la ha llevado “por varias partes de Estados Unidos, como Nueva York y San Francisco, aunque también he ido a París, a España, a Centroamérica y a Sudáfrica”, dijo la cocinera oaxaqueña, luego de posar con el resto de chefs que fueron distinguidas.
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El campo Marte, donde se llevó a cabo la octava edición del evento gastronómico que organiza Alejandro Garza, así como las miles de personas que disfrutaban de los platillos y bebidas de los diferentes restaurantes anfitriones, fueron testigos del emotivo momento que vivió Abigail, quien compartió a M2 que “mi mamá fue mi maestra siempre, porque ella sí que era una bomba en la cocina”.
La exitosa cocinera dice que desde pequeña “cuando tenía como cinco años, me di cuenta que me gustaba la cocina, y luego entré la escuela y cuidar a mis hermanitos fui aprendiendo todo lo que me decía mi mamá”.
Aunque destaca que “lo básico para hacer la cocina tradicional, es la molienda, saber usar un metate para hacer tus moliendas de maíz, granos o chiles.
“Pero tienes que amasarlo para poder moler todo, así si te dan un frijol ya luego lo tienes en un guisado, si te dan un chile, tienes un preparado, y si te dan un maíz, puedes hacer una tortilla, un atole; mi mamá lo hacía todo en la molienda y me enseñó”, dice mientras a unos pasos la fiesta gastronómica continuaba, familias, parejas o personales en solitario, lo mismo disfrutaban de un taco de chapulines del restaurante El Chapilín, que de una carne de Porfirios o bien de un taco de pato de El Bajío e incluso de la comida mexicana de La Bikina.
Pero la exitosa cocinera no solo ha llevado su sazón por el extranjero, también lo ofrece en el restaurante familiar que tiene en su natal Teotitlán del Valle, Oaxaca, “se llama Tlamanello, que quiere decir “Dios de la comida” o “víveres de la abundancia”, ahí sirve todos los platillos que le aprendió a su mamá y por supuesto el mole que destaca “en Oaxaca hay como 200 tipos de moles, pero nosotros solo preparamos 10”, de los cuales reconoce que el mole negro es su preferido.
El sol se portó complaciente en la cita; sin embargo, las cervezas, el tequila, el mezcal, como el que estrenó Don Ramón; y los vinos que llegaron directo desde Guanajuato, que fue el estado invitado de la fiesta y por ello, en su stand los visitantes pudieron conocer todo el proceso y la ruta de la bebida que distingue a la entidad; lograron el maridaje perfecto con los platillos que ofrecieron los restaurantes Au Pied du Cochon, Aldredo Di Roma, así como Aperi, Trazo 1810, Marsala y Bovine de Guanajuato; y que fueron visitados por Abigail y sus hermanas, con quienes compartió su éxito.