En el viejo Madrid de los Austrias, situada entre las dos Cavas, se encuentra la Taberna del Capitán Alatriste, un restaurante de cocina castellana, en el que nada más pisar el lugar el comensal se ve inmerso en el mismo ambiente histórico que rodeó al famoso personaje del escritor Arturo Pérez-Reverte.
Se trata de un restaurante del empresario hostelero Félix Colomo —también propietario de Las Cuevas de Luis Candelas y La Posada de la Villa—, inaugurado a finales de 2006 en claro homenaje a las exitosas novelas de su amigo Pérez-Reverte.
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Las cuevas del interior datan del XVI, con restos de la antigua muralla. La decoración se inspira en el Siglo de Oro y luce objetos encontrados en los lugares más recónditos, abunda la madera maciza de nogal de un castillo segoviano y el conjunto tiene aires de mesón ilustrado.
“Estamos en pleno centro de Madrid, en la calle Grafal 7, al lado de la Plaza Mayor. Esto es un palacio del siglo XVI y se mantiene todo el encanto de la época. El nombre viene derivado por la novela de Arturo Pérez Reverte, que según él tenía su ubicación la Taberna del Turco, muy frecuentada por el Capitán Alatriste, por eso toda la ambientación y la decoración está basada en esa época”, explicó a MILENIO Ricardo Sánchez, encargado del lugar.
Y todo esto en un entorno en donde lo que más llama la atención es la decoración, ya que han logrado que el visitante sienta que ha sido transportado en el tiempo y se encuentra realmente en la época del famoso Alatriste. El local está lleno de recovecos en donde es fácil perderse y todas las salas tienen ese toque del Siglo de Oro tan característico del restaurante.
“Arturo Pérez-Reverte estuvo involucrado en los aspectos de la decoración, en muchas cosas, hasta en los logotipos de los platos, las banderas. Todo para que el comensal se sienta inmerso en el mundo de Alatriste”, señaló.
Menú tradicional
La oferta gastronómica es variada, contundente, para los que gustan del buen comer. Algunos platos se denominan según los nombres que aparecen en la obra y se presenta en un papiro de cuero enrollado.
En la carta se hace referencia a productos clásicos, sabores de la gastronomía madrileña, donde el plato estrella es el cochinillo, pero también el lomo de buey, la chuletada del Capitán y los pescados a la brasa.
El comensal puede dividir su orden en entrantes y primeros para compartir: caldo de puchero, verduras asadas, buenas chacinas ibéricas, croquetas, pulpo a la plancha, tortilla de bacalao, migas a la Lebrijana, empanada de perdiz según una vieja receta medieval, lanzas de morcilla, calamares encebollados o judías con perdiz; segundos a la parrilla, como lomo de buey, chuletada del Capitán, jarrete de cordero, rabo de toro, bacalao al horno, rape a la ranera o a la bilbaína y postres como la solicitadísima tarta de Flandes. Todo esto acompañado de una buena carta de vinos.
Una cosa que también llama la atención es que antes de entrar al restaurante se pueden observar unos espectaculares murales, inspirados en el Capitán Alatriste.
“También fue una idea de Don Arturo Pérez-Reverte, lo habló con Don Félix y decidieron ponerse en o con el artista Javier Lobo, que plasmó algunas de las escenas de la novela. Esto es, por cierto, una de las obras más fotografiadas de Madrid”, contó Miguel Sánchez.
De esta manera, nadie que venga a Madrid puede dejar de visitar la “Taberna del Capitán Alatriste”, un sitio con solera y muy concurrido también por las nuevas generaciones y iradores de Pérez Reverte, donde en cada rincón se recuerda al gran capitán.
evt
