¿Quién fue Julia Pastrana, la bailarina mexicana que mencionó Charles Darwin en un libro?

Esta es la historia trágica de una de las mexicanas más fuertes y poco recordada.

La historia de Julia Pastrana es una de las más extraordinarias y trágicas de la antropología, la medicina y el espectáculo del siglo XIX. 

Pastrana no solo fue una talentosa bailarina y cantante, sino también una figura que desafió las normas de la belleza y la humanidad. 

Su historia llamó la atención del científico Charles Darwin, quien la mencionó en sus estudios sobre la evolución y las características humanas.

Julia Pastrana
Julia Pastrana

¿Quién fue Julia Pastrana?


Julia Pastrana nació en México en 1834, exactamente en el estado de Sinaloa.

Desde su nacimiento, Julia presentó una rara condición médica conocida como hipertricosis terminal y hiperplasia gingival, que le causaba un crecimiento excesivo de vello en todo el cuerpo y una mandíbula prominente con labios gruesos. Desde temprana edad, Julia fue objeto de curiosidad y explotación. 

En la década de 1850, Julia Pastrana conoció a Theodore Lent, un empresario y promotor de espectáculos que vio en ella una oportunidad de negocio. 

Lent la llevó a recorrer Estados Unidos y Europa, presentándola en ferias y teatros como "la mujer osa" o "la mujer simio". Su apariencia única generaba asombro y morbo entre el público, pero lo que realmente impactaba era su talento.

Julia no era solo una rareza anatómica; poseía una gran habilidad para el canto y el baile. Hablaba varios idiomas y tenía un carácter dulce y educado, lo que contrastaba con la manera en que era presentada ante el público. 

A pesar de que su apariencia era explotada de manera sensacionalista, aquellos que la conocieron personalmente resaltaban su inteligencia y amabilidad.


Charles Darwin la menciona en libro


Fue durante esta época cuando su caso llegó a oídos de Charles Darwin, quien mencionó a Julia Pastrana en su obra La variación de los animales y las plantas bajo domesticación (1868). 

Darwin la describió como un ejemplo de "una mujer con una gruesa barba", lo que despertó el interés científico en su condición.

"Julia Pastrana, una bailarina española, era una mujer extraordinariamente fina, pero tenía una gruesa barba y frente velluda. Fue fotografiada y su piel puesta en exhibición. Pero lo que nos concierne es que tenía en ambas quijadas, superior e inferior, una irregular doble hilera de dientes. Una hilera colocada dentro de la otra, de lo cual el doctor Purland tomó una muestra. Debido al exceso de dientes, su boca se proyectaba y su cara tenía la apariencia de la de un gorila", comentó.
¿Quién fue Julia Pastrana?
¿Quién fue Julia Pastrana?

Un matrimonio trágico y la explotación después de la muerte


Julia Pastrana se casó con su promotor, Theodore Lent, quien se convirtió no solo en su esposo sino también en su explotador. 

Lent aprovechó cada aspecto de su apariencia para lucrarse, llevándola a exhibirse ante médicos, antropólogos y curiosos que pagaban grandes sumas por verla de cerca.

En 1860, Julia quedó embarazada mientras realizaba una gira en Moscú. Desafortunadamente, su hijo heredó su condición y murió pocas horas después de nacer. Julia, debilitada tras el parto, falleció pocos días después a la edad de 26 años debido a complicaciones médicas. Sin embargo, su historia no terminó con su muerte. 

Theodore Lent, siempre en busca de ganancias, tomó la decisión macabra de embalsamar los cuerpos de Julia y su hijo. 

Contrató a un taxidermista en Moscú, quien preservó los cuerpos con técnicas avanzadas para la época. Lent continuó exhibiéndolos por Europa, aumentando su fortuna a costa de los restos de su esposa e hijo.

Años después, Lent se casó con otra mujer con características similares a las de Julia y siguió explotando el espectáculo hasta que perdió la razón y fue internado en un hospital psiquiátrico.

Durante más de un siglo, los restos embalsamados de Julia Pastrana fueron exhibidos en diversos museos y colecciones privadas. En el siglo XX, su cuerpo terminó en Noruega, donde permaneció almacenado en la Universidad de Oslo. Con el paso del tiempo, la percepción sobre el trato a sus restos cambió y muchas personas comenzaron a abogar por darle una sepultura digna.

Fue hasta 2013 cuando el gobierno mexicano, en colaboración con activistas e historiadores, logró repatriar los restos de Julia Pastrana a su país natal. Finalmente, recibió un funeral digno y fue enterrada en Sinaloa, cerrando un capítulo doloroso de explotación y deshumanización.

La historia de Julia Pastrana es un testimonio de la crueldad humana, pero también de la resistencia y dignidad. A pesar de haber sido tratada como una curiosidad viviente, Julia demostró ser una mujer con talento, inteligencia y una capacidad asombrosa para enfrentar la adversidad.

Hoy en día, su caso sigue siendo estudiado en la antropología y la medicina, mientras que su vida inspira debates sobre la ética en la exhibición de personas con condiciones médicas raras. Su trágica historia ha servido para concienciar sobre el respeto a la dignidad humana, sin importar las diferencias físicas.

Más de un siglo después, Julia Pastrana dejó de ser "la mujer más fea del mundo" para convertirse en un símbolo de resiliencia, recordándonos que la verdadera belleza radica en la fuerza del espíritu y la dignidad con la que enfrentamos la vida.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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