Cuando la mixóloga Cristina Gómez López prepara un cóctel siempre se inspira “en los gustos de quien lo solicita, para ofrecer la bebida adecuada”, especialmente porque los ingredientes que usa tienen su origen en la herbolaria de su natal Chiapas, que ha estudiado y se ha propuesto proyectar como parte del compromiso que asume con su legado ancestral.
“He trabajado mucho con productos de los Altos de Chiapas porque eso me ha inspirado a crear cócteles a través de hierbas, aromas y algunos frutos; eso hace que tenga variedad para dar a probar”, dice la experta, quien fue reconocida como la Mixóloga del año por Culinaria Mexicana.
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“Yo pregunto al cliente, qué es lo que le gusta, qué sabores prefiere; hoy en día procuramos que los jarabes o cítricos sean hechos en casa, por ejemplo un amargo de toronja o algún cítrico de limón”, explica al iniciar la entrevista con MILENIO.
Ella prefiere: “los sabores amargos y uso mucho las plantas de ese tipo”, en sus preparaciones, incluso se refiere a una en especial, que además tiene ciertas propiedades medicinales.
“Es una planta cuyo nombre no he logrado encontrar en español, pero la usamos como té o infusión para sanarnos. También hay un aguacate que tiene la cáscara muy delgada, y al infusionarlo con un destilado da un sabor y aroma a anís”, comparte al hablar de cómo ha ido descubriendo los sabores que usa para crear sus preparaciones, en las cuales siempre concentra la riqueza de su Tierra.
Tarumba, centro de acción
El restaurante Tarumba, en el hotel Sombra del Agua en San Cristóbal de las Casas, es su centro de creación y donde se materializa su pasión y respeto por su cultura, tradiciones y legado. Desde ahí sin ser “la embajadora oficial” del Pox o Posh, se ha dedicado a proyectar la riqueza de ese destilado local, que poco a poco, a través de diversas marcas y propuestas de coctelería, empieza a crecer en México.
“No soy embajadora del Posh, pero desde mi experiencia personal y familiar lo difundo” a través de los cócteles que prepara, los cuales cuentan historias “pues todos los ingredientes que utilizó tienen un fondo que nosotros respetamos y que al fusionar logran un efecto, como sucede también en la gastronomía.
“Lo conocí (al posh) desde pequeña”; su abuelo lo usaba en ceremonias espirituales, incluso destaca que la bebida no se limita a ser un destilado; pues en su familia y comunidad le han dado “un uso medicinal”.
Aunque también precisa que aún hay mucho desconocimiento de “la bebida ancestral a base de maíz, azúcar de caña y salvado de trigo, que hasta el día de hoy no tiene una denominación de origen”, por lo que si bien ya hay varias marcas, “cada una ofrece su propia versión de lo que han aprendido y escuchado del destilado”.
Incluso comparte que en la misma entidad se desconoce que la bebida puede dar origen a una variedad de cócteles, como con las que ella ha ganado prestigio.
“La mayoría de los pueblos lo toman derecho, no saben que más allá de tomar un shot, se puede crear una coctelería, incluso hay lugares en los que se vende en botellas de plástico, sin etiqueta y muchos hasta desconocen que va más allá de tener un uso medicinal”.
Por ello la mixóloga, a través de cada una de sus propuestas en las que el destilado y la herbolaria chiapaneca se fusionan, mantiene y respeta su filosofía de que “en cada lugar hay un ingrediente interesante que es importante darlo a conocer”, como ella lo hace.
Su propuesta
Para disfrutar del sabor del Posh, la mixóloga comparte una de sus creaciones especiales, en la que combina elote tierno, zumo de limón y ceniza, ingredientes que logran el equilibrio perfecto, que busca en cada una de sus cócteles.
hc
