Llegó la hora de la verdad. Este domingo se conocerá al campeón del Clausura 2025. Toluca o América van por una hazaña, porque para cualquiera de las dos instituciones el título tendrá ese valor. Prohibido especular, ya no le vale a ninguno hacerlo, la gloria les espera a Diablos o Águilas y su historia centenaria les demanda honrar la grandeza que han construido en más de cien años.
El juego de ida dejó una sensación de vacío, por la falta de goles y porque no hubo el espectáculo que se pensaba podrían ofrecer los dos mejores equipos de la competencia. Ese 0-0 es una moneda al aire, por más que Toluca cierre en casa, el equipo de Antonio Mohamed tiene claro que deberá asumir riesgos y ser más valiente. Y América es consciente que habrá momentos de apremio, pero si hay un equipo que puede afrontar cualquier escenario es precisamente el de André Jardine, porque sobre la espalda de cada uno de sus jugadores reposan los últimos éxitos.

Cortar el vuelo
Los Diablos salen a su campo con el peso de cortar una racha de casi 15 años sin alcanzar la gloria; en su momento el equipo escarlata fue una de las instituciones más poderosas y dominantes de los torneos cortos, pero después entró en una espiral en la que no cuajó ninguno de sus proyectos deportivos.
La llegada de Antonio Mohamed fue el impulso que necesitaba este club, el Turco le dio ese empujón futbolístico y anímico que le hacía falta a los Diablos, los llevó a situarse como el mejor equipo de la fase regular.
El desafío de Toluca no es nada menor, al contrario, tiene la posibilidad de ponerle un punto y final a ese dominio que ha impuesto el América en el último año y medio, impedir que consiga un tetracampeonato seguró será aplaudido por la mitad del país, porque sería el club que logre cortar el vuelo del americanismo que ha vivido una época llena de bonanza.

Una gesta impensada
El América se ha revitalizado, en los últimos tiempos ha puesto al futbol mexicano bajo su ley, no hay equipo que se le haya resistido en el último año y medio. Aunque muchos cuestionen sus éxitos, los trofeos de campeón están en la vitrinas de Coapa, y esa es una imagen que flagela al antiamericanismo, porque las Águilas han logrado un tricampeonato que en casi 30 años de vida de los torneos cortos nadie ha sido capaz de conseguir, pero el hambre de gloria no cesa en el Nido.
América va a capital del Estado de México en busca de más éxito deportivo, es un equipo que no está diseñado para jugar finales sino para ganarlas, es una institución que no se conforma con ser protagonista porque en su código genético tiene la obligación de ganar, no rehuye a ello y eso es lo que la ha convertido en la más ganadora de los torneos cortos. Bajo el mando de André Jardine, los de Coapa viven la mejor etapa desde hace 40 años, hoy más que nunca se han convertido en el rival a vencer.
La palabra tetracampeonato suena con fuerza en la capital del país y en muchos rincones del país, la fe en este equipo es inagotable. Al margen del resultado en el juego de ida y de tener que ir a buscar el título en uno de los campos más complicados, en América se sienten y se ven capaces de ello, si alguien puede hacerlo es precisamente el conjunto azulcrema, a partir de la experiencia que pesa sobre sus jugadores y en prácticamente toda la estructura de la institución. Las Águilas van a la conquista de lo impensado.

El día del juicio para Toluca y América es impostergable, los Diablos quieren un título que tenga un peso histórico y la 11 ante las Águilas lo vale. Los de Coapa quieren mantener sometido al futbol mexicano con la 17 y ser supercampeones.
RGS