El ex presidente de Uruguay José Pepe Mujica murió el 13 de mayo a los 89 años y dejó tras de sí no sólo una trayectoria política marcada por la lucha armada, la cárcel, la presidencia y su ejemplo de austeridad, sino también uno de los símbolos más reconocibles de su vida pública: un Volkswagen Sedán azul modelo 1987, conocido popularmente como El Fusca y convertido en emblema político y cultural del Uruguay contemporáneo.

Un vehículo convertido en símbolo
El automóvil, un viejo escarabajo de color celeste, acompañó a Mujica durante sus años en la presidencia (2010-2015) y mucho después de haber dejado el cargo.
Con él se desplazaba por Montevideo desde su granja en la zona rural de Rincón del Cerro hasta su despacho. Lo condujo personalmente en actos oficiales y visitas informales, lo estacionó en medio de recepciones diplomáticas y no permitió que la investidura presidencial alterara su estilo de vida.
Este Volkswagen, que desde su fabricación en 1987 no habría tenido valor de mercado superior a los tres mil dólares, se convirtió en reflejo del pensamiento y la coherencia política de Mujica, quien rechazó mudarse a la residencia presidencial, donaba el 90 por ciento de su salario y sostenía que “el poder no cambia a las personas, sólo revela quiénes son en realidad”.
¿Cuál es el origen del Vocho?
Según la prensa uruguaya, El Fusca no fue adquirido por él directamente, sino que fue un regalo hecho por un grupo de amigos cercanos, quienes hicieron una colecta para comprarle el vehículo cuando asumió responsabilidades políticas de mayor escala.
Mujica siempre lo consideró un obsequio entrañable, motivo por el cual rechazó venderlo incluso cuando recibió ofertas millonarias.
El escarabajo azul, que en términos mecánicos era un auto común y corriente, se convirtió así en una extensión del discurso político y filosófico de Mujica, que se oponía al consumismo, a los privilegios del poder y a las formas tradicionales del lujo.
El vehículo encarnaba la idea de una presidencia sin ornamentos, de cercanía con el pueblo y de compromiso auténtico con las causas sociales.

¿De qué murió José Mujica?
José Mujica murió tras una larga lucha contra un cáncer de esófago que luego se extendió al hígado. Decidió no someterse a tratamiento debido a su edad y condiciones crónicas de salud, y pasó sus últimos meses en su casa, en la misma finca donde residió durante décadas.
Allí, junto al terreno que cultivó y los perros que cuidó, permaneció también el escarabajo azul, sin exhibiciones ni vitrinas.
A la fecha de su muerte, el paradero oficial del automóvil seguiría siendo la finca de Rincón del Cerro. No hay información sobre si fue donado, subastado, o trasladado a ningún museo.
Tampoco se ha informado si pasará a formar parte de alguna colección patrimonial. Lo único claro es que el vehículo, como el propio Mujica, ya forma parte inseparable de la historia reciente de Uruguay.

MO