Donald Trump volvió a romper los protocolos. En un acto sin precedentes, la investidura presidencial del magnate contaría con la presencia de los presidentes de China, Hungría, El Salvador, Italia y Argentina: los "invitados especiales" al juramento del 47mo presidente de los Estados Unidos (EU).
Los cinco "líderes distinguidos" fueron los únicos mandatarios convocados en la invitación del Comité Conjunto de Ceremonias Inaugurales (JCCI), en tanto con las demás naciones aplicará la antigua tradición de ser representadas por sus delegaciones diplomáticas. "No pasa nada (…) No hay problema", afirmó entre risas Claudia Sheinbaum al confirmar que no fue invitada al evento.
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Aunque la supuesta omisión de Trump de invitar a la primera Presidenta de México desató polémica, la realidad es que en el vecino del norte no se acostumbra convocar a Jefas o Jefes de Estado extranjeros a las investiduras. Incluso el ex presidente Enrique Peña Nieto tampoco acudió a la primera toma de posesión de Trump, en 2017, ni López Obrador a la de Joe Biden en 2021.
Reportes del Departamento de Estado que datan de 1874, citados por CBS, muestran que ningún líder extranjero ha acudido a las ceremonias de transición. Incluso el Heraldo de Miami (Miami Herald por su título original) señaló que dichos representantes tenían estrictamente prohibido asistir a dichos eventos.
No obstante, en 1993 México consiguió lo que varios países buscaban antes de que George Bush saliera de la Casa Blanca: reunirse a solas con el entonces presidente electo, Bill Clinton. Pero no fue el embajador mexicano quien tomó parte en el encuentro, sino el propio Carlos Salinas de Gortari.

La entrevista más buscada
Estados Unidos celebraba sus 192 elecciones presidenciales: el entonces Presidente George H. W. Bush intentó pelear por un segundo mandato, pero fue el demócrata William ‘Bill’ Jefferson Clinton (del Partido Demócrata) quien ganó la disputa electoral.
Y mientras el Colegio Electoral contaba los más de 100 millones de votos emitidos— y ante la ventaja de Clinton sobre Bush—, esa noche en México el gabinete de Carlos Salinas de Gortari se movilizó para concretar una reunión con el que se perfilaba para poner fin al mandato de Bush.
Así, el 12 de diciembre de 1992 el New York Times reportó en su décima página: “LA TRANSICIÓN. Clinton planea un encuentro temprano con el presidente de México”. El gobierno salinista había logrado su cometido.
La entrevista que Salinas de Gortari llevaría a cabo con Bill Clinton tendría como eje central el Tratado de Libre Comercio (TLC), el cual ya había sido firmado por George Bush y estaba en espera de ratificación en el Congreso, debido a las intenciones del demócrata por agregar acuerdos que abordaran temas de medio ambiente, protección al empleo estadounidense y las normas laborales— razones por las cuales no emitió su voto a favor cuando fungía como legislador—.
De hecho, y según reportó el LA Times, Clinton planeaba reunirse con Salinas de Gortari después de su investidura del 20 de junio de 1993. Sin embargo, el gobierno mexicano pudo concretar la reunión privada con el norteamericano.
“Clinton se reunirá hoy con el presidente mexicano”, escribió el New York Times el 8 de enero de 1993.
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La opinión pública apostó que Salinas y Clinton intentarían resolver sus diferencias respecto al TLC; algo que tanto funcionarios mexicanos como del Partido Demócrata negaron. En específico George Robert Stephanopoulos, director de comunicación del equipo de transición de Clinton, fue quien aclaró que en el encuentro también se abordarían temas de inmigración y de ayuda exterior.
Incluso, decía aquella edición del New York Times, ni los candidatos al gabinete de Clinton o los negociadores mexicanos entraron a la sesión; lo cual se interpretó, por ambas partes, como una oportunidad para que los políticos se conocieran mejor, así como para remediar las fricciones que habrían surgido por el supuesto apoyo de México a la reelección de Bush.
Esto debido a que el priísta sostuvo una reunión con el republicano después del periodo de campañas: “En julio Salinas se sentó con Bush en el juego de béisbol All-Star en San Diego, lo cual los republicanos lo interpretaron como una oportunidad para atraer el voto hispano”, reportó el diario neoyorquino.
Finalmente, Clinton y Salinas comparecieron frente a la Casa de Gobierno en Texas. El mexicano calificó la entrevista de dos horas (30 minutos más de lo estimado) de “positiva, respetuosa y cordial” y afirmó haberse sentado las bases de la relación bilateral. Por su parte, el estadounidense aseguró que en todo momento apoyó al TLC y respaldó a su eventual homólogo: “Salinas contará con mi apoyó”, precisó entre risas.
¿Habrá mexicanos en la investidura de Donald Trump?
Tras informar que aún no recibía invitación a la ceremonia, Claudia Sheinbaum aseguró que México estará presente a través del embajador de México en Estados Unidos, Juan Ramón de la Fuente.
Sin embargo, personalidades del sector empresarial mexicano sí acudirán a la investidura de Donald Trump. Entre los confirmados está el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Francisco Cervantes, y el empresario Carlos Slim. Según fuentes cercanas a MILENIO, ellos habrían recibido la invitación a través de la oficina de gobierno estadounidense.
En tanto, ABCNews informó que los magnates tecnológicos Elon Musk, Mark Zuckerberg y Jeff Bezos también estarán presentes. Los ex presidentes Barack Obama, Bill Clinton y George W. Bush volverán a reunirse para la ceremonia así como Joe Biden para relevar el poder de EU.
ASG