El conflicto armado entre el grupo terrorista Hamás e Israel, cumple 600 días este miércoles, luego de que el 7 de octubre de 2023, milicianos palestinos lanzaron un ataque sorpresa contra Israel, en el que murieron 695 civiles y tomaron como rehenes a 251 personas, de los que todavía 58 siguen secuestrados en la Franja de Gaza.
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"El pueblo israelí entiende que tiene que haber guerra y que Hamás tiene que terminar, pero por otro lado, la fuerza dentro de la Franja de Gaza pone en peligro a los secuestrados.
"Y de hecho, la fuerza militar solo trajo a 8 (rehenes) y a otros 40 cuerpos, pero las familias dicen que la única manera de traerlos con vida es a través de la negociación, que tiene un precio", dijo Marisa Broitman, guía voluntaria del Foro de las familias de secuestrados y desaparecidos.
"Pero no hay precio para una mamá que quiere volver a ver y abrazar a su hijo. Es una disyuntiva, damos terroristas o presos. Las familias quieren a cualquier precio volver a ver a sus hijos", añadió en entrevista con MILENIO.
Toman plaza para exigir negociaciones de liberación
Una plaza pública, frente al Ministerio de Defensa israelí en la bulliciosa ciudad de Tel Aviv, ha sido convertida en la "Plaza de los Secuestrados".
En el lugar, familiares y amigos de las víctimas han colocado fotografías de los rehenes, con la leyenda en hebreo: "No me dejen atrás", exigiendo que las negociaciones continúen para poder liberar a los 20 rehenes que se estima, aún continúan con vida y recuperar los cuerpos de quienes han fallecido.
"Después de dos negociaciones, una en noviembre de 2023 y otra en enero febrero del 2025, hay todavía 58 secuestrados en la Franja de Gaza, alrededor de 20 con vida y los demás sabemos que no están con vida, pero las familias reclaman porque a los muertos para poder enterrarlos", dijo Marisa Broitman, activista y profesora.
La plaza entera ha sido tomada para exigir la liberación de los secuestrados por medio de diversas instalaciones artísticas, en las que han colaborado incluso los rehenes desaparecidos.
Se ha expuesto un piano al aire libre que recuerda la música que una de las víctimas solía tocar, además de cientos de fotografías de los desaparecidos, colgando de los árboles, en las paredes, vallas y edificios, y una colorida obra con la palabra "esperanza" en hebreo.
"Quien pide que pongan esta obra aquí es Luis Har, argentino secuestrado el 7 de octubre junto con sus familiares; las tres mujeres salen libres en la primera liberación. Luis y Fernando van a ser liberados por una operación militar en febrero de 2024, y los cinco que estaban en el cuarto de seguridad esa mañana del 7 de octubre y que estuvieron en la Franja de Gaza volvieron a estar juntos en la tierra de Israel.
"Luis Har dijo 'yo nunca perdí la esperanza de que íbamos a estar nuevamente juntos, y si yo no perdí las esperanzas, nadie las tiene que perder'", parafraseó Marisa Broitman.
Relojes como recordatorio del límite de tiempo
En la "Plaza de los Secuestrados" también fueron colocados un reloj de arena tamaño monumental y uno digital que va marcando el número de días que los rehenes continúan secuestrados.
"Nadie imaginó, cuando pusieron este reloj digital, que íbamos a llegar a los 600 días. El reloj de arena nos marca que el tiempo es un recurso limitado, que los secuestrados sufren y mueren".
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Al entrar se escuchan golpes, cadenas y hasta explosivos, y con decenas de botellas con orina regadas y pintas en las paredes, que "te hacen sentir lo que viven los secuestrados, que están en túneles, debajo de tierra, algunos en jaula, algunos esposados y demás", dijo la activista.
ksh
