El Tribunal Supremo británico, máxima instancia judicial, puso fin a un asunto controvertido en Reino Unido al dictaminar ayer, en un fallo histórico, que el término “mujer” en la ley está definido por el sexo biológico.
El dictamen, que culminó una batalla legal de años iniciada por la organización defensora de las mujeres For Women Scotland, permite aclarar el dilema que afrontaban, por ejemplo, clubes deportivos o escuelas sobre los espacios diferenciados por sexo, como los vestuarios.
El proceso legal empezó con una querella por parte de esa organización contra la decisión del Ejecutivo autonómico escocés de incluir a las mujeres trans en la cuota para igualar los puestos públicos entre mujeres y hombres.
“La decisión unánime de este tribunal es que los términos mujer y sexo en la Ley de Igualdad de 2010 se refieren a una mujer biológica y al sexo biológico”, dictaminaron los jueces al cabo de un complicado argumento sobre su definición en la ley.
En el dictamen, de 88 folios, los magistrados puntualizaron, además, que la decisión no debe ser vista como un triunfo para una u otra parte, dado que la ley de Igualdad del año 2010 otorga a las personas transgénero protección contra la discriminación.
El gobierno laborista británico consideró por su parte que el dictamen aporta “claridad” sobre los espacios diferenciados por sexo, como centros para víctimas de agresión sexual o de violencia doméstica.
“Siempre hemos apoyado la protección de los espacios diferenciados por sexo en función del sexo biológico. El fallo del Tribunal Supremo sobre la definición de mujer en la Ley de Igualdad aporta claridad y confianza a las mujeres y a los proveedores de servicios como hospitales, albergues y clubes deportivos”, añadió.
Por otro lado, la líder del Partido Conservador británico (en la oposición), Kemi Badenoch, recibió con satisfacción el dictamen al afirmar que “decir que las trans son mujeres nunca fue cierto en la práctica, y ahora tampoco lo es en la ley”.
El grupo de defensa de los derechos de la mujer contaba entre sus partidarios con la escritora J. K. Rowling.
La autora de Harry Potter ha defendido abiertamente que los derechos de las trans no deberían ir en detrimento de quienes nacen biológicamente mujeres.
Por su parte, el director de la organización Stonewall, que defiende los derechos del colectivo LGBTQ+, Simon Blake, expresó su preocupación por las amplias implicaciones del fallo.