El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos exigió a las ciudades santuario dejar de proteger a los “migrantes ilegales peligrosos” y optar por proteger a sus ciudadanos, modificando sus políticas y alinearlas con las leyes federales.
DHS publicó la lista de las ciudades santuario que obstruyen la aplicación de las leyes federales de inmigración y “protegen a los extranjeros delincuentes peligrosos de las consecuencias y ponen en peligro a las fuerzas del orden”.
La lista de la secretaría presidida por Kristi Noem incluye las ciudades con mayor presencia de mexicanos en Estados Unidos como Los Ángeles, Phoenix, San Diego, Chicago, Riverside y Nueva York. Y los estados con la mayor cantidad de condados y ciudades consideradas como jurisdicciones santuario son California, Colorado, Illinois, Nuevo México y Nueva York.
DHS estableció que la Orden Ejecutiva 14287: Protección de las Comunidades Estadunidenses contra Extranjeros Delincuentes, exige la publicación de estados y condados que “obstruyen deliberada y vergonzosamente la aplicación de las leyes federales de inmigración, poniendo en peligro a las comunidades estadunidenses”.
Se estima que, al día de hoy residen alrededor de 11 millones de mexicanos en estas ciudades de Estados Unidos, siendo Los Ángeles la más habitada con alrededor de 1.5 millones de mexicanos.
En Chicago, de acuerdo con datos del Instituto de Políticas Migratorias (MPI por sus siglas en inglés), residen aproximadamente 600 mil mexicanos, mientras que en Riverside hay 560 mil mexicanos.
En San Diego y Phoenix la cifra es cercana, pues se estima que en cada ciudad viven cerca de 300 mil mexicanos, y en Nueva York y San Francisco hay cerca de 271 mil y 220 mil mexicanos, respectivamente.
Además, el 45 por ciento se encuentran residiendo en el país de manera no autorizada. Sin embargo, esta cifra ha disminuido desde el 2007, cuando más de 7.7 millones de personas residían en el país de manera ilegal.
Según datos del MPI, los mexicanos tienen muchas menos posibilidades de nacionalizarse como ciudadanos estadunidenses pero son el grupo de migrantes con mayores que llegaron a Estados Unidos antes del año 2000.
Aunque esta no es la única medida de la istración trumpista que afecta a los migrantes mexicanos, pues recientemente se aprobó en la Cámara de Representantes el impuesto de un 3.5 por ciento de impuestos a las remesas que los migrantes envían a sus familias.
LG