Las firmas de capital privado están ideando ingeniosas maneras de atraer a inversionistas minoristas a lo que solía ser una clase de activo exclusiva para las élites. A veces las oportunidades surgen en lugares inesperados. Tomemos como ejemplo la compra por 9 mil millones de dólares de la compañía estadunidense de calzado Skechers, liderada por 3G Capital.
La firma recurrió a una fuente novedosa para financiar su adquisición: los socios actuales de Skechers. Hasta una quinta parte de sus acciones existentes pueden canjearse por una combinación de efectivo y una participación en una compañía Skechers nueva y privada. El resto solo recibe efectivo. No es inusual en Estados Unidos permitir que los grandes accionistas, como las familias fundadoras, renueven sus papeles de esta manera. Normalmente los inversionistas comunes solo pueden retirar sus acciones.
La situación de Skechers es inédita en este sentido. Una razón es que los estatutos de la compañía exigían que los accionistas ordinarios y la familia fundadora, con sus acciones con derecho a voto, recibieran el mismo trato en una compra. La mayoría de los fondos de inversión, que no pueden mantener acciones privadas y que no son líquidas, de todos modos se decidirían por la opción de compra en efectivo.
Pero otros, incluidos los accionistas minoristas, deben tomar una decisión. Pueden optar por 63 dólares por acción en efectivo o por 10 por ciento menos en efectivo, pero con una especie de boleto de lotería incluido. El capital de Skechers, que no cotiza en bolsa, no puede venderse sin la autorización de 3G y no conlleva derechos de gobernanza ni dividendos garantizados.
Esto seguirá siendo atractivo para los accionistas que creen que 3G puede aumentar el valor de Skechers, retirar efectivo y, al final, vender o sacar a bolsa el negocio, como pretende hacer. Pero eso va a tomar tiempo, durante el cual su capital transferido estará inmovilizado en un negocio altamente apalancado, orientado al consumidor y con el reto de los aranceles.
Para la mayoría de los inversionistas, es mejor tener una cartera de empresas de capital privado que una sola. Firmas como Hamilton Lane y Blackstone ofrecen fondos minoristas expuestos a un conjunto de empresas adquiridas mediante compras apalancadas. Estos fondos ofrecen la oportunidad de vender sus acciones cada trimestre. La firma encargada de las compras asume comisiones de istración y, después, alrededor de 13 por ciento de las utilidades de la operación. El fondo de Blackstone, con cerca de un año de antigüedad, generó una rentabilidad anualizada decente de 15 por ciento, después de comisiones.
3G puede apostar a que pocos accionistas acepten su oferta. La familia Greenberg, fundadora de Skechers, posee 14 por ciento de las acciones y ya acordó ejercer la opción de compra, que solo está disponible para un máximo de 20 por ciento de los títulos de la compañía.
Skechers pondrá a prueba el interés por este tipo de ingeniería financiera. A medida que el capital privado presenta nuevas herramientas, los inversionistas ordinarios se enfrentan a nuevas formas de invertir su dinero en una clase de activo que antes no estaba al alcance del público en general. El capital privado no es para todos, pero hoy en día ya no es solo para unos cuantos.