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Live Nation, dueño de Ticketmaster, en el ojo de la lucha contra los monopolios

FT MERCADOS

Gobierno de EU acusa a Live Nation de monopolio al controlar conciertos, recintos, boletos y hasta bebidas en sus eventos.

En 2017, los propietarios de una sala de conciertos estadunidense se reunieron con Ticketmaster para buscar un socio de venta de boletos. Les sorprendió que se les uniera un promotor de Live Nation, su gigantesca empresa estadunidense de eventos

En la reunión, el ejecutivo de Live Nation dijo explícitamente que si el recinto no elegía a Ticketmaster, no organizaría eventos allí. Y cuando finalmente la sala eligió a una empresa competidora, Live Nation supuestamente cumplió su amenaza. En lugar de conseguir los tres o cuatro espectáculos anuales esperados, la sala no recibió ninguno.

Este caso fue uno de los varios descubiertos por el Departamento de Justicia de Estados Unidos en 2019, que mostraban a Live Nation utilizando su posición en la promoción de conciertos para presionar a los recintos a utilizar su filial Ticketmaster. La investigación sobre la fusión de Live Nation y Ticketmaster, que ya lleva 15 años en marcha, culminó en un acuerdo para ampliar y modificar los decretos en torno al acuerdo de 2010.

Sin embargo, el Departamento de Justicia (DoJ, por sus siglas en inglés) determinó que debe intervenir de nuevo. Esta vez, la agencia argumenta que la única solución será revertir la fusión por completo, acusando al gigante del entretenimiento de ejercer un control sobre la industria estadunidense de eventos en vivo que perjudicó a los aficionados, los artistas, los promotores rivales y los operadores de los recintos.

Live Nation y Ticketmaster están en el centro de una investigación del DoJ contra los monopolios en la industria del entretenimeinto. Foto: AFP
Live Nation y Ticketmaster están en el centro de una investigación del DoJ contra los monopolios en la industria del entretenimeinto. Foto: AFP

Es una extorsión”, dice Jonathan Kanter, quien hasta diciembre fue fiscal general adjunto de la división antimonopolio del DoJ. Desde entonces, fue reemplazado por Gail Slater, veterana en actividades antimonopolio y asesora económica del vicepresidente J.D. Vance.

“Este es un plan deliberado de Live Nation para tomar un monopolio central en la venta de boletos y combinarlo con otras empresas poderosas para crear un ecosistema autoprotector”, añade Kanter. “Nunca he visto un caso antimonopolio tan popular en mis 25 años de carrera. Los aficionados no están contentos, los recintos no están contentos y el mercado está estancado”.

Live Nation en la mira del poder judicial

La investigación reforzó los temores entre los competidores de la industria después de que las autoridades permitieron a la mayor empresa de eventos en vivo del mundo comprar la mayor compañía de venta de boletos del mundo en 2010.

La mayoría de los aficionados a la música y los deportes desconocen cuántas de sus salidas nocturnas está en manos de Live Nation. Pero si el DoJ tiene razón, habrán pagado el precio en tarifas y boletos más altos, y en la elección de artistas en sus recintos locales.

El hecho de que Oasis y Taylor Swift  hayan sido los encargados de llamar la atención de los reguladores de todo el mundo no pasa desapercibido para los rivales de la industria, que llevan mucho tiempo quejándose del alcance de los intereses de Live Nation en el mercado.

Pero, en parte impulsados ​​por cómo se dispararon los precios de los boletos –en particular para la reunión de los hermanos de Manchester y para la Eras Tour 2023-24 de Swift– otras autoridades de competencia y legisladores comenzaron a examinar con más atención el mercado de eventos en vivo.

Taylor Swift se ha pronunciado en contra de Ticketmaster. Shutterstock
Taylor Swift se ha pronunciado en contra de Ticketmaster. Foto: Shutterstock

El ministro del parlamento británico Liam Byrne, presidente del comité selecto de negocios y comercio del Reino Unido, declaró al FT que Live Nation parece tener “más brazos que un pulpo”.

“Una parte de Live Nation podría estar dictando el precio a otra parte”, dijo en una audiencia del comité en febrero. “Eso suena a conspiración”.

Andrew Parsons, director de la división de Ticketmaster en Reino Unido, declaró a los parlamentarios que Live Nation tiene “claras diferencias entre cómo operamos a diario” y que el Reino Unido es “un mercado (de venta de boletos) increíblemente competitivo”. Añadió que los precios de los boletos los fijan los organizadores de eventos, no Ticketmaster.

En Estados Unidos (EU), el caso del DoJ cuenta con respaldo bipartidista, pero a los rivales y activistas antimonopolio les preocupa que no cuente con el mismo respaldo por parte de la nueva istración. Lo que suceda con Live Nation podría marcar la pauta de cómo la Casa Blanca de Donald Trump  abordará la política de competencia durante los próximos cuatro años.

“Este tiene el potencial de ser el caso antimonopolio más grande e importante en EU en mucho tiempo”, dice Diana Moss, vicepresidenta y directora de política de competencia del Progressive Policy Institute. “Tenemos un monopolio muy tradicional, pero también un monopolio digital muy moderno”.

Live Nation rechaza las acusaciones del DoJ. Acusó al gobierno anterior de ignorar “todo lo que realmente causa el aumento en los precios de los boletos, desde el incremento de los costos de producción hasta la popularidad de los artistas, y la reventa de boletos en línea las 24 horas los siete días de las semana, que revela la disposición del público a pagar mucho más que el precio primario de los boletos”.

La compañía declaró su desacuerdo con la opinión del Departamento de Justicia sobre el incidente de 2017 en la sala de conciertos estadunidense, pero “lo más importante es que no ha habido acusaciones creíbles de que algo así haya sucedido en los últimos años”.

Dan Wall, vicepresidente ejecutivo de asuntos corporativos y regulatorios de Live Nation, describe el caso del DoJ como “una mezcolanza de cosas” que no constituye una violación del acuerdo de fusión. “No hay un solo factor en el que puedan confiar”, afirma.

El imperio que domina los escenarios

Desde la adquisición de Ticketmaster, Live Nation construyó una enorme maquinaria de entretenimiento que abarca gran parte del ecosistema de eventos en vivo, según el Departamento de Justicia y sus rivales, algunos de los cuales solicitaron el anonimato debido a su preocupación por el poder que tiene la compañía en la industria.

A nivel mundial, Live Nation tenía derechos exclusivos de reservaciones o participaciones en 394 recintos y 137 festivales en 2024, según documentos de la compañía. Promocionó más de 54 mil eventos de música en vivo y otros eventos con la participación de 11 mil artistas.

el dato

Más de 265 salas de conciertos controla Live Nation en Norteamérica,

Incluyendo más de 60 de los 100 anfiteatros más importantes de EU

En Norteamérica, el DoJ afirma que Live Nation controla más de 265 salas de conciertos, incluyendo más de 60 de los 100 anfiteatros más importantes de Estados Unidos, y maneja directamente a más de 400 artistas musicales.

Su escala en EU se replica en mercados como el Reino Unido, donde creó una red de filiales, de propiedad total o parcial, que abarca salas y festivales (desde Latitude hasta la Isla de Wight) y la venta de boletos.

La compañía participa en la representación de bandas y la promoción de eventos, generando ingresos mediante publicidad, patrocinio y venta adicional de asientos VIP en sus recintos, estacionamiento, comida, bebida y artículos promocionales. El Departamento de Justicia la describe como un “ecosistema de entretenimiento en vivo”, que funciona como un “ciclo de retroalimentación que infla sus tarifas e ingresos, todo a costa de los aficionados”.

Live Nation presta servicios a recintos, como seguridad, a través de Showsec en Reino Unido, cuyas cuentas muestran que es de propiedad mayoritaria del grupo estadunidense. La comida y la bebida a menudo representan un día de ganancias para Live Nation: posee participaciones en proveedores como la marca estadunidense de agua Liquid Death, los helados CVT Soft Serve y las batidoras Owen’s Craft Mixers, que se venden a través de sus recintos. Un ejecutivo de un festival rival afirma que “van por todo”.

El propio director de Live Nation, Michael Rapino, describió la estrategia de la compañía a los inversionistas como un “volante de inercia”, con los conciertos en el núcleo, con el objetivo de “entrar en negocios de alto margen y ser competitivo”.

El Departamento de Justicia retomó el término en sus acusaciones sobre un modelo que se retroalimenta, mientras que los competidores se quejan de un sistema que gira cada vez más rápido para despilfarrar dinero.

Los ingresos se multiplicaron por cuatro con respecto a las ventas combinadas generadas por las empresas independientes antes de la fusión en 2010, y duplican los de antes de la pandemia, gracias a la fuerte recuperación de la demanda de eventos luego de los confinamientos en EU y el Reino Unido. Las acciones alcanzaron un máximo histórico en febrero.

Los que apoyan a Live Nation en la industria dicen que la empresa asume el riesgo financiero de eventos, que a menudo no venden todos los boletos y se realizan con pérdidas, en beneficio de los artistas, quienes suelen recibir la mayor parte de los ingresos por venta de boletos. Añaden que les va mejor porque el mercado también lo hace.

La venta de boletos ha impulsado a Live Nation.
La venta de boletos ha impulsado a Live Nation.

Otros argumentan que esto forma parte del modelo de negocio: su poder en la industria musical se traduce en operaciones con mayores márgenes que les permiten hacer un subsidio cruzado con negocios, que tienen menores márgenes en otros sectores.

Así, al controlar los recintos que son menos rentables, Live Nation puede conseguir acuerdos para promocionar las giras de sus artistas y generar altos ingresos por patrocinio y publicidad.

El DoJ argumenta que el control del recinto y la promoción de los artistas pueden contribuir a asegurar el mandato de venta de boletos. Dado el poder de Live Nation-Ticketmaster en la promoción de conciertos, “toda sala de conciertos sabe que elegir otro promotor o vendedor de boletos conlleva el riesgo de… perder conciertos, ingresos y público”, dijo.

“El poder monopolístico de Live Nation en la venta de boletos para las principales salas de conciertos en EU queda demostrado por su capacidad para controlar los precios y/o excluir a la competencia”.

En EU, los acuerdos de exclusividad de Ticketmaster cubren más de 75 por ciento de las ventas de boletos para conciertos en los principales recintos, según el Departamento de Justicia.

Wall dice que cualquier acusación de dominio en la propiedad de las salas es “totalmente ficticia”. El modelo de combinar la venta de boletos y la operación de las salas también lo utilizan competidores como AEG y CTS Eventim, señala, siendo esta última líder en la promoción de eventos y la venta de boletos en Europa.

Live Nation solo opera 4 por ciento de las salas de música en EU, dijo, y la mayoría de los espectáculos que promociona se celebran en recintos propiedad de otras empresas. Cada anfiteatro de la cartera de Live Nation “compite con una arena local, un estadio local, o incluso con un festival”, añade Wall.

Ticket dinámicos en venta de boletos

Cuando Oasis anunció conciertos de reunión el año pasado, pocas personas en la industria se sorprendieron al ver a Live Nation como copromotor y a Ticketmaster entre las empresas que manejaban las ventas.

Pero fue el uso de precios flexibles lo que provocó controversia y un nuevo escrutinio regulatorio en Reino Unido. Aunque Ticketmaster dice que no establece el precio de los boletos, el regulador de competencia del Reino Unido advirtió el mes pasado que podría haber infringido las leyes de protección al consumidor, al etiquetar algunas entradas con asiento para Oasis como “platino” y venderlas a casi 2.5 veces el precio de los boletos estándar equivalentes.

Los fans de Oasis han sufrido por las tarifas dinámicas. AP
Los fans de Oasis han sufrido por las tarifas dinámicas. AP

Estos boletos no ofrecían ningún beneficio adicional y, a menudo, se encontraban en la misma zona del estadio, según la Autoridad de Competencia y Mercados, mientras que otros boletos subían de precio sin previo aviso en cuanto se agotaban los de menor precio.

Ticketmaster respondió que se esforzaba por “ofrecer la mejor plataforma de venta de boletos mediante una experiencia sencilla, transparente y fácil de usar”.

Para el DoJ, las llamadas prácticas de venta dinámica de boletos, donde los precios cambian según la demanda, forman parte de la matriz de tarifas adicionales que generan utilidades para Live Nation, “a menudo con poca visibilidad para el aficionado que compra el boleto”.

Mientras que el negocio de los recintos y promoción de la compañía, que representa la mayor parte de sus ingresos, genera márgenes de un solo dígito, los de su negocio de venta de boletos rondan 30 por ciento y los de patrocinio 60 por ciento.

Artistas y ejecutivos también se quejan de esto. En 2023, Robert Smith, de The Cure, declaró estar “tan indignado como todos ustedes” después de que los boletos para una gira por EU, que la banda trató de hacer asequibles, tuvieran un costo excesivo que, en algunos casos, duplicaba el precio. Wall describe esto ahora como “un error… un descuido que ahora se utiliza para sugerir que, de alguna manera, era la norma”. Ticketmaster reembolsó parte de sus comisiones.

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Más de 400 artistas musicales

Maneja directamente Live Nation

En Irlanda, la denominada comisión interna se convirtió en una práctica común de Ticketmaster para generar más ingresos, según un ejecutivo de una agencia de reservaciones, que prefirió no ser identificado. La compañía llegó a tener una participación de mercado de hasta 90 por ciento en el país, según una investigación de la Comisión Irlandesa de Competencia y Protección del Consumidor en 2020.

El costo de un boleto para los artistas de la agencia en un recinto de Dublín –utilizado como fuente de la comisión del artista– era de 22 euros, pero el precio del boleto que aparecía en Ticketmaster era de 25 euros a los que se les aplicaba una comisión de servicio de 3.10 euros. Esto representaba 6.10 euros de cargos por un boleto de 22 euros, lo que representa un aumento de 28 por ciento, según la agencia.

“En algunos mercados, la comisión de servicio puede ser una comisión interna y un importe superior al valor nominal”, dice Tim Chambers, exejecutivo sénior de Ticketmaster y Live Nation, que ahora trabaja como consultor de fusiones y adquisiciones en el sector de la venta de boletos.

Live Nation dijo que, junto con Ticketmaster, “tienen grandes participaciones de mercado porque los artistas y los recintos prefieren nuestros servicios a otros. No hay nada de malo en eso”. También indicó que la participación de mercado y los márgenes de utilidades de Ticketmaster han disminuido desde la fusión en EU.

Wall reitera que los artistas y sus representantes, no Ticketmaster, son responsables de fijar los precios de los boletos y decidir si se utilizan precios dinámicos, y que Ticketmaster solo retiene una “modesta parte” de las tarifas y los cargos por servicio, que no son superiores a los de sus competidores.

“El ‘volante de inercia’ está generando márgenes de 8 por ciento (generales). Eso no es una utilidad de monopolio”, dice. “La característica que define a un monopolista son las utilidades derivadas de la fijación de precios monopolísticos… Live Nation para nada encaja en ese perfil”.

Live Nation contra todos

La pregunta ahora no solo es si el Departamento de Justicia puede presentar su caso, sino si la nueva istración de Trump tiene el mismo interés que la anterior en desafiar al operador de eventos más exitoso del país.

En marzo de este año, un tribunal de Nueva York rechazó el intento de Live Nation de excluir la denuncia del DoJ de que coacciona a los artistas a utilizar sus servicios de promoción de conciertos si desean actuar en sus grandes anfiteatros.

Live Nation argumentó que son los promotores de conciertos rivales los que alquilan los recintos, no los propios artistas. El juez no estuvo de acuerdo.

Los conciertos son el centro del negocio de Live Nation
Los conciertos son el centro del negocio de Live Nation

Live Nation se declaró como víctima de la istración de Joe Biden y su “instinto populista que simplemente rechaza el funcionamiento de la ley antimonopolio. Algunos lo llaman ‘antimonopolio’, pero en realidad es simplemente antiempresarial”.

Sus esfuerzos de cabildeo aumentaron en los últimos años, con más de 2 mdd invertidos por la empresa matriz en 2023 y 2024, casi el doble que en años anteriores. Live Nation afirmó que “no hace cabildeo para proteger los márgenes; de hecho, muchas de las reformas que apoyamos, como otorgar a los artistas la posibilidad de limitar la reventa, podrían reducir las utilidades”.

Sin embargo, el sucesor presidencial de Joe Biden claramente también cree que los altos precios de los boletos son una preocupación. A principios de este año, Donald Trump firmó una orden ejecutiva para tomar medidas enérgicas contra los revendedores que compran boletos y los venden a precios más altos en el mercado secundario. “No sabía mucho al respecto, pero lo revisé y es un gran problema”, dijo el presidente al dar a conocer la orden junto al músico Kid Rock en la Oficina Oval. Live Nation dice apoyar la orden.

El Departamento de Justicia encontró que Ticketmaster representó casi un tercio de las reventas de entradas en 2022, aunque a los críticos de la compañía les preocupa que el enfoque en las reventas pueda restarle importancia a la venta principal de boletos.

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Más de 54 mil eventos de música en vivo y espectáculos

Promocionó Live Nation en 2024 a nivel mundial

Los analistas tampoco están convencidos de que el DoJ tenga suficiente información, no solo para demostrar una posición dominante, sino también para demostrar que esto se ha utilizado para prácticas anticompetitivas. En una nota de JPMorgan del año pasado se indica que existía una posibilidad real de que (Live Nation) saliera victoriosa de esto.

El director financiero de Live Nation, Joe Berchtold, dijo en una reciente presentación de resultados que la compañía tiene la esperanza de ver el regreso de un enfoque antimonopolio más tradicional, donde las agencias generalmente tratan de encontrar maneras de resolver los problemas con soluciones específicas que minimizan la intervención del gobierno en el mercado.

Añadió que “al menos algunas partes del caso reflejan una filosofía mucho más intervencionista de lo que se podría esperar de una istración republicana”.

Sin embargo, muchos en la industria siguen confiando en que el caso del DoJ continuará, dado su apoyo bipartidista en el Congreso y en docenas de estados de EU.

Brian Hess, de la organización estadunidense sin fines de lucro Sports Fans Coalition, que defiende los derechos de los consumidores, señala que Slater, quien reemplazó a Kanter en la agencia, es un firme defensor de la aplicación de las leyes antimonopolio.

Señala una postura firme contra las grandes compañías de tecnología y argumenta que Ticketmaster también “es simplemente una gran compañía de tecnología que vende boletos. Es imposible ser aficionado de algo en este país sin tener que lidiar con la empresa”.

​GSC

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@The Financial Times Limited 2025. Todos los derechos reservados . La traducción de este texto es responsabilidad de Milenio Diario.

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