Votar se sintió muy bien porque nos dieron voz”, así respondió Erika cuando le preguntaron ¿qué había sentido al emitir su voto desde prisión? En la elección 2024, las y los jaliscienses en prisión preventiva pudieron votar en la elección presidencial. Pude observar el proceso de votación en el centro de reinserción femenil.
Estábamos a unos días previos al 10 de mayo de 2024: 391 de 430 mujeres en el Centro eran madres. Una activista defensora de los derechos de las mujeres en prisión nos compartía que, al lado, en el centro para varones, las filas de familias que en el día de las madres visitan a sus hijos en prisión son largas y que a las mujeres las visitan quizá 10 familias en total. Las visitas íntimas son esporádicas y las madres que ingresan con sus hijos bebés pueden conservarlos hasta los dos años de edad, para luego entregarlos a algún otro familiar o al DIF.
“Cuando entras a prisión pierdes todo, no solo la dignidad, perder la libertad es perder todo”, afirmaba la activista mientras 178 mujeres tenían una victoria pírrica: votar. Si bien 191 mujeres se registraron para marcar su boleta, algunas de ellas fueron trasladadas, liberadas o no se encontraban dispuestas a hacerlo, todo el procedimiento de votación se agotó en 58 minutos de manera ordenada y efectiva.
El sobre donde venía la boleta contenía información para emitir un voto informado, algunas de ellas leían el folleto, otras tenían clara su decisión. En Jalisco votaron 2,936 personas desde prisión preventiva, 94% fueron hombres.
La semana pasada el gobernador de Jalisco presentó su propuesta de reforma en materia del Poder Judicial. En ella propone la posibilidad de incluir el voto desde prisión preventiva no solo para la elección judicial, sino para todas las elecciones. De prosperar, sería un gran avance en el ejercicio de derechos político electorales en Jalisco.
Ya se han implementado pruebas piloto y la posibilidad de votar en elecciones federales en Jalisco y locales en otros estados. Jalisco no ha iniciado la ruta en elecciones locales porque su constitución no lo establece.
Volviendo a la experiencia en el centro femenino, la activista que nos acompañó afirmaba: “en este país, las mujeres que se equivocan no son dignas de nada”. Sin embargo, aquel día, esas mujeres encontraron una certeza, una ventana, una oportunidad, como cualquiera que se encuentra fuera de esas paredes. Y eso es tener voz. Y eso, también, es el poder del voto.