Wagnermaníacos, como siempre muy contento de saludarlos, de compartir estos días de recogimiento, de reflexión con todos ustedes.
Como muchos de ustedes saben pertenezco a una familia católica en la que me inculcaron los valores y el respeto por esta religión.
Para un servidor la Semana Santa representa la oportunidad de vivir algunos días reflexionando sobre mis actos, sobre el respeto para ese ser que entregó su existencia para salvarnos de nuestros pecados, de nuestros errores.
Por eso, al considerarme un hombre espiritual, en comunión con el Todopoderoso, procuro hacer un balance de las cosas que estoy haciendo bien y de las que no. Proyecto, me concientizo para crecer como ser humano y tener conmigo y con mis semejantes, un mejor comportamiento, una mejor actitud.
Obviamente el bien y el mal es algo subjetivo, pero podemos aplicar la interpretación que cada uno de nosotros le da, y ponerla en práctica en todas nuestras acciones, del día a día.
Personalmente trato de apegarme a las enseñanzas de mis progenitores, de apegarme a la cuaresma y evitar el consumo de carne roja, de hacer la visita de las siete casas.
En Torreón, Coahuila, tenemos la costumbre de hacer las Reliquias, que consisten en compartir los sagrados alimentos con la gente sea o no de nuestra familia, hacemos oración, celebramos el Sábado de Gloria.
Los invito a que conozcan sus tradiciones, no a que sigan las mías, si no comulgan con ellas. Insisto, considero que la Semana Santa es una buena oportunidad para reencontrarnos con nosotros, con la familia.
Wagnermaníacos se los dejo de tarea, piénsenlo, y luego me cuentan su opinión, a través de mis redes sociales.
Y recuerden, que en mi casa y con mi gente, se me respeta. Bien, Bien, Bien.