Que sin querer, en el Congreso local se descubrió una nueva zona ecoturística. Y es que resulta que con la primera lluvia intensa del año, la flamante sede legislativa, apenas inaugurada el año pasado como obra emblemática de la era salomónica, se convirtió en una pecera monumental. Hubo cascadas en los pasillos, chapulines marinos y pececitos que, dicen, nadaban de muertito. Más que recinto parlamentario, parecía acuario con fuga, de presupuesto.
Que algunos secretarios del gabinete estatal ya pusieron las barbas a remojar, pues entendieron la advertencia que hizo el gobernador Alejandro Armenta: aquellos que solo estén calentando la silla perderán su cargo. Y es que mientras secretarías como Seguridad, Movilidad, Deporte, Educación y Ciencia gozan de absoluta confianza gracias a sus resultados, otros han quedado a deber. Dicen los que saben, que pronto se verá más actividad en Infraestructura, Medio Ambiente y Salud, porque el ostracismo solo le queda bien a los que hacen concha.
Que en la entidad hay un rumano que ya es casi leyenda urbana pues atiende con las manos, cura con energía y convoca multitudes que buscan aliviar sus males. Pero no todo es sanación y paz, también ha provocado enojos. Y es que algunos aseguran que este europeo instalado en la zona del Carolino está provocando caos en la movilidad de los peatones, mientras otros cuestionan si realmente sana. Buena vibra, sí, pero que fluya y no bloquee.
Que los gobiernos de Puebla y Tlaxcala se sacudieron el presunto informe de la DEA que los ubica como zonas de tránsito para el narco. Tanto Lorena Cuéllar como Alejandro Armenta aseguran que no han recibido información oficial sobre dicho diagnóstico y que mientras tanto, mantienen estrategias de seguridad en coordinación con la Defensa, la Marina, la Guardia Nacional, sus secretarías de Seguridad Pública y las correspondientes fiscalías.
Que la agresión de la que fue víctima Misael en días pasados, ya hasta tiene corrido. “En las calles de Tehuacán/ con su carrito y su fe/ Misael vendía sus frutas, pa’ ganarse su café./ No pedía más que espacio/ ni limosna ni favor/ pero el mundo está al revés/ cuando manda el opresor/… dice la primera estrofa.