Esta semana se dieron a conocer las últimas cifras en materia de desaparición de personas por parte de la Comisión Nacional de Búsqueda, y para el Estado de México el tema es relevante y sumamente preocupante.
Y es que, en alusión a la premiada película de 1973, Cuando el Destino Nos alcance, esta problemática ya la encontramos inmersa y muy presente en el contexto social mexiquense.
La principal preocupación se centra hoy en día en su correlación, intervención y participación de actividades de grupos delictivos, que poco a poco han tomado las calles de los barrios, colonias o municipios con mayor densidad poblacional, donde la miseria y el hambre también gobiernan.
Y es que este informe detalla que los niños, niñas y adolescentes están entre las principales víctimas, y la incidencia de desaparición va ligada con factores como violencia de género, feminicidio, trata de personas, explotación sexual y reclutamiento por parte de bandas criminales para traficar o vender sustancias ilegales.
Hasta el momento se ha informado sobre la desaparición de más de 36 mil personas entre enero de 2015 y septiembre de 2021, de las cuales aún no encuentran a cerca de 8 mil, es decir, poco menos de la cuarta parte. En un universo de aproximadamente 17 millones de mexiquenses, la cifra podría parecer mínima, sin embargo, el trasfondo es más peligroso para nuestra sociedad.
Si a ello le sumamos que tres de cada 10 casos de desapariciones son niñas y adolescentes de entre 12 a 17 años de edad con elementos específicos, es decir, estudiantes de complexión delgada, soltera, con escolaridad de secundaria y sin antecedentes penales, detalla el perfil que las bandas organizadas delictivas buscan específicamente para la trata. Lo más curioso es que los lunes es el día con mayor incidencia de desapariciones, aunado a que también se originan a plena luz del día, de preferencia por la mañana, a la vista de todos.
También las organizaciones criminales hacen a los varones adolescentes copartícipes de los delitos hacia las adolescentes mujeres: reclutamiento, abuso sexual, violación y feminicidios, es decir, reclutan a las mujeres como “novias” o con la promesa de incorporarlas en “el negocio” y ya dentro son víctimas de violencia sexual, explotación sexual y tortura, tomando sus cuerpos como verdaderos campos de entrenamiento.
Es necesario que las autoridades competentes incidan realmente en la recomposición del tejido social, con la finalidad de quitar el estigma feminicida que desde hace varias décadas se le atribuye al Estado de México. Veremos.
Fabián Rodríguez
