La muy anunciada alianza entre el PRI, PAN y PRD de cara a los comicios a gobernador del Estado de México tuvo, en los últimos meses, una serie de altibajos que pusieron en riesgo su viabilidad u operación en la que se avecina: la batalla electoral más importante para el territorio mexiquense.
Las negociaciones fueron lideradas, en primera instancia, por los dirigentes estatales de los tres partidos, Erick Sevilla del PRI, Anuar Azar del PAN y Agustín Barrera del Sol Azteca, sin embargo, las condiciones fueron diferentes; mientras que para el tricolor imperaba la incertidumbre sobre quién sería ungido como candidato, para el PAN y el PRD ya tenían a sus aspirantes amarados, Enrique Vargas y Omar Ortega, respectivamente.
Luego el interés causado por esta elección dio un paso más allá y fue así que las dirigencias nacionales intervinieron. Con ello, las condiciones para negociar fueron diferentes, los líderes de los partidos políticos tendrían que sumarse a los proyectos nacionales y fue allí cuando, por momentos, la alianza colapsó.
Como sabemos, el debate legislativo por permanencia de las fuerzas armadas en el país provocó la ruptura de esta estrategia tripartidista, culpando al dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, de traicionar el bloque opositor a Morena.
Sin embargo, la popularidad del Presidente fue toral para construir de nuevo el diálogo, pero para ello el tricolor ya tenía en la figura de Alejandra Del Moral la candidatura idónea para encabezar estos esfuerzos.
Lo cierto es que la decisión de Enrique Vargas del Villar para ceder la candidatura al PRI, lo que oficialmente hizo ayer en sus redes sociales tras asegurar que tomó la decisión “de no participar en el proceso de selección de candidatos a la gubernatura del Estado de México”, también da un giro en la vida y futuro del panismo nacional.
Enrique Vargas ha sido, es y será un político experimentado que buscará, indudablemente, la continuidad de su proyecto. El impulso trabajado desde el ámbito legislativo y municipal le ha ganado la confianza no solo del panismo del Estado de México sino del propio país, por lo que no cabe duda que se vuelve automáticamente en un candidato presidencial rumbo a 2024, por arriba de personajes gastados de la corriente azul como Santiago Creel Miranda o el propio Marko Cortés.
Pero para ello el primer puerto será obviamente que los resultados le resulten favorables a alianza “Va Por México” en las urnas mexiquenses del próximo 4 de junio. Veremos.
Fabián Rodríguez