La presidenta Sheinbaum amaneció este lunes 2 de junio más poderosa que como se fue a dormir el sábado 31.
Ayer, domingo 1, supervisó desde Palacio Nacional las elecciones kafkianas que aterrizan su mando sobre el Poder Judicial.
Se trata ya de un Poder Judicial de carne y hueso: ministros de la Corte, magistrados y jueces concretos, con nombre y apellido, impuestos/elegidos por la dictadura germinal que crece en México.
Las elecciones de ayer le dan al Poder Ejecutivo de Sheinbaum un mando sobre los otros Poderes de la Unión que no había tenido nunca un presidente de México.
El hecho pone fin a nuestra división de poderes.
El poder conque la Presidenta amaneció hoy no es sorpresa para ella, es algo que ha promovido desde que asumió la Presidencia, con todos los recursos legales e ilegales a su alcance.
Lo hizo en seguimiento del diseño dictatorial qué inventó su antecesor, pero que su antecesor no llegó a inscribir en el código fundamental y en las leyes generales de la República.
Sheinbaum, sí.
La Presidenta amaneció por eso, hoy, más poderosa en las leyes que su antecesor, con un control sobre la Corte y la Judicatura que el otro no tuvo.
Amaneció montada en un segundo piso de poder que no existía cuando tomó la Presidencia. La apropiación del Poder Judicial por el Ejecutivo es en buena medida obra suya, y ella es la beneficiaria.
Consecuencia: hasta ayer era menos poderosa que su antecesor en términos legales y constitucionales. Ya no.
Sigue siendo menor en poder real, pero no en lo que toca a sus poderes constitucionales, legales y reglamentarios. Nadie ha tenido tantos poderes, y tan temprano, en su ejercicio de la Presidencia de México.
El cambio producido puede resumirse diciendo que Claudia Sheinbaum preside una dictadura germinal.
Con la palabra germinal quiero decir que están sembradas en México todas las semillas de una dictadura, y hasta de un estado policiaco, pero no han crecido todos sus árboles, ni están presentes todos sus jardineros.
La debilidad del enorme poder de la presidenta Sheinbaum es que necesita todavía ser aterrizado, convertido en gobierno.
Ese es su gran reto político, y nuestro enorme riesgo ciudadano.