Cuando fungía como vicepresidenta de supervisión de la CNBV apagando el incendio de la crisis bancaria de 1994, los legisladores nos mandaban llamar para adecuar sus iniciativas que permitieran coadyuvar al amortiguamiento de esa y futuras crisis. Con disgusto por la distracción de nuestras urgencias acudíamos a atenderlos, pero tratábamos de que fueran lo más breves posibles para regresar a la locura de las prisas en las que, con crisis o sin ella, los funcionarios públicos estamos siempre envueltos. Siempre con urgencias. Siempre con prisas. Siempre con desveladas y días laborales largos, largos.
Ahora que estoy del lado legislativo tengo que confesar que “karma te las cobra” es una de mis frases a las que acudo frecuentemente. ¡Y es que los del Ejecutivo simplemente no nos hacen caso! Es costumbre y regla implícita en Morena que las iniciativas de gran calado, como la que suscribí de un sistema de control y abasto de medicamentos (Sicamed), sean consultadas entre las partes federales involucradas para embonarlas correctamente en las políticas del poder Ejecutivo y de su viabilidad presupuestal.
He aprendido con gran frustración que el avance de una iniciativa como el Sicamed es tan lento como el tráfico a Cuernavaca un fin de semana, con la desesperación incluida. La política de armonizar una iniciativa con los quehaceres ejecutivos es la correcta. Lo que no es correcto es que no existan los mecanismos de coordinación entre el Ejecutivo y Legislativo para analizar de manera colegiada la viabilidad presupuestal y prioridad de cada iniciativa. Los enlaces existentes no tienen capacidad ejecutiva, ni mucho menos disposición de gestionar nuestras iniciativas.
Se debería otorgar al Legislativo capacidad de convocatoria efectiva a los cuerpos técnicos y consultivos de las dependencias federales. Y digo efectivo porque a veces los convocamos y simplemente no contestan. Mi experiencia proviene del sector salud, cuya atención es prioritaria porque se trata de vidas humanas, prioridad que deberíamos aprender del Ejecutivo mismo. Sicamed, reconocido por todos por sus virtudes para curar el abasto de medicamentos, ha pasado de escritorio en escritorio sin atención ni respuesta.
@PatyArmendariz
