Los créditos relacionados y el costo del Fobaproa

El costo de Fobaproa en su mayor parte proviene de carteras incobrables.

De estas, una parte corresponde a créditos otorgados a accionistas de los bancos para adquirir acciones de los mismos durante la privatización bancaria.

Son varias las razones por las cuales éstos créditos fueron pagados por Fobaproa. Por un lado, el rescate del sector bancario, iniciado antes de que la crisis explotara en diciembre de 1994, se realizó a bancos que la supervisión encontró que todo su capital supuestamente aportado para su adquisición, había provenido de préstamos del banco a sus accionistas, mediante operaciones crediticias a personas falsas, que triangulaban a su vez esos créditos a los dueños de los bancos. En el caso de un banco e particular, nos llevo tres años des-enmarañar la operaciones trianguladas entre docenas de empresas falsas que obtuvieron un crédito del banco, se lo prestaron a otra empresa y esta a otras, y mientras otras obtenían un crédito para pagar el de aquella. De esta manea habrían disfrazado la capitalización de esos bancos, extrayendo también de ellos miles de millones de pesos para uso personal de sus accionistas y también para financiar campañas políticas. Estas deudas nunca se pagaron, y el Fobaproa las absorbió al intervenir ese tipo de bancos, cuyos accionistas huyeron del país o fueron a parar a la cárcel.

Por otro lado, muchos bancos privatizados no adquirieron sus acciones mediante capital fresco aportado por sus bolsillos, sino a través de préstamos de los mismos bancos que adquirieron. O, si bien algunos aportaron capital fresco inicialmente, después lo recuperaron a través de créditos de sus bancos o créditos cruzados de otros bancos a quienes éstos les daban créditos también en reciprocidad. La identificación de todos estos créditos fue objeto de la supervisión en la CNBV antes de que explotara la crisis bancaria en Diciembre de 1994.

Otra parte de la cartera pagada por Fobaproa proviene de créditos otorgados durante el periodo de la banca nacionalizada, que fueron traspasados a los bancos que se privatizaron durante su venta durante 1990-1992, y que los nuevos dueños tuvieron que quebrantar con utilidades realizadas por los bancos ya privatizados, o con créditos adicionales relacionados para pagar con capital ese costo de quebrantos, créditos que a su vez tampoco se pagaron y fueron a dar a Fobaproa mediante el programa de compras de cartera, o quebranto mismo de los créditos.

Otra parte proviene del PROCAPTE, mecanismo ideado por Banco de México mediante el cual éste les prestaba con una tasa de interés dinero a los accionistas de los bancos, mismos que se registraban como capital. Los bancos pagaron ese capital lo más pronto que pudieron, nuevamente con deudas relacionadas de los mismos bancos.

Otra parte fue el Programa de Compras de Cartera, merced al cual el Fobaproa adquiría dos pesos de cartera vencida del banco a cambio de que los accionistas aportaran un peso de capital para capitalizar sus bancos. La mayoría de las aportaciones de capital provinieron de préstamos cruzados entre los bancos, difíciles de identificar por la supervisión. Estos son los llamados créditos reportables, porque el Programa de Compras de cartera prohibía que se vendieran al Fobaproa créditos relacionados con los accionistas, y que escaparon a la supervisión por haberse tratado de operaciones urgentes en las que el Fobaproa no tuvo tiempo de auditar crédito por crédito durante la resolución de la crisis. Algunos de estos créditos, no todos, fueron detectados por el Auditor Michael Mackey, durante su auditoría ordenada por el Poder Legislativo, y encriptados por el mismo poder, según reportes recientes.

Otra parte de los créditos fueron los que no se pudieron pagar por acreditados reales, y que no pudieron pagarse principalmente porque el Gobierno Federal acordó con el tesoro norteamericano aumentar las tasas de interés a más del 100 por ciento, para asegurar que los capitales que habían abandonado el país provocando la crisis, regresaran pronto. Esta parte es toda la cartera vencida de la banca que Fobaproa adquirió antes de vender los bancos limpios a manos extranjeras.

Muchos de los bancos quebrados que no fueron intervenidos fueron vendidos a otros bancos, pero con las carteras limpias, es decir, toda la cartera vencida fue adquirida por Fobaproa a través de un bono que formó parte del activo de los bancos adquirentes.

A diciembre de 1994 según el informa anual del Banco de México, la captación tradicional de la banca, es decir, proveniente de los ahorradores, ascendía a 455,000 millones de pesos. Estos ahorradores no sufrieron quebranto alguno. Y la cartera comercial ascendía a alrededor de 650,000 millones de pesos . El costo del Fobaproa absorbido por deuda del gobierno federal, a Diciembre del 1999, según elIPAB, fue de cerca de 700,000 millones equivalentes entonces al valor de toda la cartera y capital de toda la banca privatizada mexicana. El dinero es fungible. Pero estos números no coinciden por casualidad. El pueblo de Mexico le pagó al pueblo de México y a los accionistas de los bancos el valor total de la cartera de la banca privatizada, más su capital completo. Ese es el costo del Fobaproa.

Y está bien que los mexicanos hayan salvado a los mexicanos. Pero la parte correspondiente a las deudas de los créditos relacionados de los bancos debería de alguna forma no quedar impune para evitar errores similares en el futuro.


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Patricia Armendáriz
  • Patricia Armendáriz
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