Ante la inevitable elección popular de los ministros de la SCJN, vale la pena reflexionar en las cualidades requeridas para ser ministro; y hacer una breve remembranza de algunos de los más distinguidos para destacar las diferencias abismales que los separan de muchos de los actuales candidatos.
Es incuestionable que los ministros deben ser expertos en derecho y poseer una amplia cultura en historia, economía, sociología, política y relaciones internacionales: conocimientos indispensables para analizar y resolver los complicados juicios de su competencia.
Los requisitos fundamentales para ser experto son: educación y formación a través de los estudios de licenciatura, especialidad y maestría o doctorado; experiencia profesional con logros y contribuciones significativas; docencia e investigación; publicaciones en libros y revistas especializadas; y reconocimiento público.
En la historia de la SCJN, ha habido y hay ministros sobresalientes por sus resoluciones jurídicas, cimentadas en la docencia, la academia, la investigación y difusión del Derecho: entre ellos:
Felipe de Jesús Tena (1870-1956), autor de libros de Derecho Mercantil y Procesal Civil. Alberto Vázquez del Mercado (1893-1980), escritor de libros de Derecho Mercantil y Sociedades; y cofundador de la Sociedad de Conferencias y Conciertos, junto con Manuel Gómez Morín, Antonio Castro Leal, Vicente Lombardo Toledano, Alfonso Caso, Teófilo Olea y Leyva (también ministro), y Jesús Moreno Baca: conocidos como Los Siete Sabios de México.
Felipe Tena Ramírez (1905-1994), autor de obras de Derecho Civil y Constitucional. Gabino Fraga Magaña (1905-1994), escritor destacado de Derecho istrativo. Martha Chávez Padrón (1925-2017), investigadora y difusora del Derecho Agrario. Jorge Carpizo McGregor (1944-2012), rector de la UNAM, y autor de libros de Derecho Constitucional.
Ellos destacaron en la impartición de justicia; e, indudablemente, en la docencia, investigación y difusión del Derecho.
Sus libros siguen contribuyendo en la formación de abogados y juristas.