El lunes pasado la cantante Katy Perry, la conductora (y mejor amiga de Oprah) Gayle King, la ingeniera aeroespacial Aisha Bowe, la activista Amanda Nguyen, la cineasta Kerianne Flynn y la periodista y pareja del dueño de Amazon (y de la misión espacial), Lauren Sánchez, pasaron 10 minutos con 21 segundos fuera de este mundo. Y luego, el mundo al que regresaron, enloqueció.
Nadie puede negar que fue un acto promocional, tanto para el turismo espacial como para cada una de ellas, pero ¿es eso en realidad tan malo? La gente ha inundado las redes con comentarios como que el costo de ese experimento podría haber ayudado en muchas otras causas. ¿Dónde han estado cuando no son puras mujeres en el espacio? Para los que critican que pareció más una especie de performance que un logro científico, pues sí, pero no habría uno sin el otro. Esto es un acto que va a avanzar la causa de las mujeres en el espacio y en otros espacios dominados siempre por hombres.
Están hablando de los gritos que pegaron cuando la cápsula bajaba, de cómo sus extensiones de cabello reaccionaron a la gravedad cero, de Katy cantando allá arriba y de varias besando a “la madre tierra” al llegar a casa. De cómo se tomaban selfies en lugar de estar presentes y ver por la ventana todo el tiempo. En fin, todos los clichés que podrían encontrar para descalificar a una misión 100% compuesta por mujeres. Y sí, Aisha se preparó por años para esto. Para las demás es, sin duda, una sorpresa que la vida les trajo. Hay mucho que decir sobre mandar a especialistas, pero el espacio exterior nunca ha sabido de o humano sin controversias y conspiraciones.
