No es necesario abrir la puerta para ser víctima de un delito, basta con contestar una llamada. Una voz desconocida dice tener a un familiar, menciona datos vagos pero creíbles, y en segundos, te atrapa.
Aunque no se trata de un fenómeno criminal nuevo, la extorsión indirecta ha evolucionado con la tecnología. Se esconde detrás de números ocultos, mensajes breves o incluso llamadas desde centros penitenciarios.
En la entrega anterior, MILENIO explicó como la extorsión se ha convertido en uno de los delitos de mayor incidencia delictiva.
Aunque la modalidad que se ha expandido en recientes años es la directa, el delito a través de llamadas telefónicas y redes sociales también representa un reto para las autoridades. No obstante, para entender esta problemática primero es importante aprender a identificarla.
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Diferencia entre extorsión y estafa: cómo identificar cada delito
Aunque la extorsión y la estafa son delitos que implican obtener beneficios económicos de forma ilícita, sus métodos, motivaciones y consecuencias legales son muy diferentes. Comprender sus características es clave para saber cómo actuar ante cada situación.
La extorsión ocurre cuando una persona obliga a otra a entregar dinero, bienes o realizar una acción contra su voluntad mediante amenazas, ya sea de causar daño físico, divulgar información comprometedora o afectar la reputación de la víctima.
Lo esencial en este delito es la coacción o intimidación, que deja a la víctima sin una verdadera libertad de decisión.
La estafa, por otro lado, se basa en el engaño o manipulación. El estafador convence a la víctima de realizar una acción voluntaria, como transferir dinero o firmar un contrato, bajo una falsa premisa o promesa.
A diferencia de la extorsión, aquí no hay amenazas directas, sino una estrategia para aprovecharse de la buena fe o el desconocimiento de la víctima.
Indicadores de estafa:
- Promesas poco realistas (inversiones con altos retornos, premios inesperados).
- Uso de documentos falsos o manipulados.
- Cambios repentinos en acuerdos o condiciones.
- Pérdida de dinero sin una contraprestación real.
Tipos de extorsión indirecta
Como se explicó en la primera entrega, la extorsión indirecta es aquella en la que el delincuente no se presenta de manera directa ante la víctima, pero utiliza medios como la tecnología, intermediarios o el anonimato para ejercer presión, miedo o manipulación.
Este tipo de extorsión ha ganado terreno en los últimos años debido al uso extendido de teléfonos móviles, redes sociales y plataformas digitales. A continuación, se describen las formas más comunes de extorsión indirecta:
- Extorsión telefónica
El delincuente llama a la víctima haciéndose pasar por una autoridad, un miembro de un grupo delictivo o una persona en situación de emergencia.
Mediante amenazas o engaños, exige depósitos de dinero o información personal. La llamada suele generar miedo inmediato, lo que lleva a muchas personas a actuar sin verificar la situación.
- Extorsión virtual o digital
Se realiza a través de correos electrónicos, mensajes de texto, redes sociales o aplicaciones de mensajería. Incluye amenazas de divulgar imágenes privadas manipulación con inteligencia artificial (como deepfakes), o chantajes por supuestos delitos informáticos. A menudo se dirige a personas jóvenes o con una alta exposición en redes.
- Extorsión en modalidad de secuestro virtual
El secuestro virtual es una forma de extorsión telefónica en la que los delincuentes simulan haber secuestrado a un familiar o ser querido de la víctima. Buscan generar miedo e incertidumbre para forzar el pago inmediato de un "rescate", sin que en realidad haya ocurrido un secuestro.
Información del gobierno federal refiere que en esta modalidad en ningún momento se tiene o físico con la víctima, por lo que nunca existió la posibilidad de causar un daño real.
¿Qué hacer en caso de extorsión telefónica?
El Centro de Información y Asistencia a Personas Mexicanas (CIAM) refiere que, en caso de ser víctima de extorsión telefónica, lo primero que es importante hacer es mantener la calma.
Esta modalidad se caracteriza, entre otras cosas, porque busca generar angustia y temor en sus víctimas, por lo que es usual el uso de lenguaje violento.
Es fundamental no alarmarse y escuchar con atención lo que la o el extorsionador dice, pues será fundamental para establecer si se trata de una amenaza real, así como para retener información importante como:
- Número entrante
- El sexo de la persona
- Monto exigido a pagar
- Datos bancarios, en caso de proporcionarse
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Por su parte, la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM) refiere que es de gran importancia no cuestionar al extorsionador, así como tampoco negarse a una posible negociación.
Como se mencionó, la mayoría de las extorsiones telefónicas refieren tener vigilado o privado de la familiar a un ser querido, por lo que si se utiliza esta amenaza será importante comunicarse con la persona en cuestión y verificar que se encuentra fuera de peligro.
Una vez que se haya localizado al familiar o ser querido, las autoridades recomiendas terminar la llamada.
¿Cómo prevenir la extorsión telefónica y otras?
Aunque no se puede eliminar por completo el riesgo de ser víctima de extorsión telefónica, hay ciertas acciones que pueden ayudar a reducir esa probabilidad:
- No compartir información personal a personas desconocidas o a través de redes sociales.
Mantener constante comunicación con familiares. Informar sobre la ubicación y hora de regreso.
No responder a números desconocidos, especialmente si provienen del extranjero o usan números ocultos.
- Usar las funciones de bloqueo del celular o aplicaciones específicas para evitar futuras llamadas del mismo número.
Reportar el intento de extorsión a las autoridades locales o a los servicios especializados.
Pero, ¿qué ocurre cuando la extorsión es cara a cara? En la próxima entrega, MILENIO explicará explicará cómo operan estas redes en entornos presenciales, así como qué señales de alerta deben tomarse en cuenta.
RMV.
