Fue enemigo de la agencia antidrogas estadunidense por años, pero hoy ya está libre. Ernesto Fonseca Carrillo, alias Don Neto, uno de los tres líderes del Cártel de Guadalajara, cumplió su condena en México mientras tiene varios cargos pendientes del lado norte de la frontera por crimen organizado y el secuestro, tortura y asesinato del agente especial de la istración para el Control de Drogas (DEA), Enrique Camarena Salazar, Kiki.
Poco antes de 1980 Don Neto junto a Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo fundaron el Cártel de Guadalajara, una organización con la que comenzaron a traficar toneladas, primero de mariguana y después de cocaína, a los Estados Unidos.
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La DEA tenía unos cinco años de haber sido establecida como una agencia del Departamento de Justicia de Estados Unidos y rápidamente puso un blanco en las espaldas de los mexicanos, quienes para entonces operaban con impunidad en el país gracias a sus os en el gobierno.
“Los traficantes de Guadalajara habían corrompido a oficiales federales y locales de México. Esos oficiales aceptaban sobornos y trabajaban para detener los esfuerzos de los agentes de la DEA”, asegura un informe de Washington sobre el cártel.
A pesar de los os y el poder de los capos, la DEA comenzaba a lograr herir las finanzas y operaciones del Cártel de Guadalajara. Para mediados de 1984 lograron, junto a autoridades mexicanas, asegurar10 toneladas de mariguana, 200 litros de aceite de hachís y destruyeron unos 150 acres de plantas de mariguana en Zacatecas.
Y para noviembre de 1984, destruyeron unas 6 mil toneladas de mariguana en el poblado de Búfalo, Chihuahua, presuntamente pertenecientes a Caro Quintero.
Esto habría causado, según la oficina de la DEA en Los Ángeles, California, que los del cártel se organizaran para secuestrar y asesinar a uno de los agentes encargados del caso: Enrique Camarena Salazar.
“Comenzando en 1984, del Cártel de Guadalajara se involucraron en una serie de acciones con el propósito e intención de vengarse de la DEA, sus agentes e informantes en México, y para conocer la naturaleza y extensión del conocimiento de la DEA sobre los y operaciones del Cártel”, se revela en la acusación contra los tres líderes de la organización, que incluye a otros 13 colaboradores.
De acuerdo con las averiguaciones, Rafael Caro Quintero fue quien organizó y dio la orden de secuestrar a Camarena, cuando salía de oficinas del consulado norteamericano en Guadalajara, el 7 de febrero de 1985.
Después de lo llevaron a una propiedad de Caro en la calle Lope de Vega, en Guadalajara Jalisco, donde lo interrogaron por horas, incluso días, y donde participó el propio Fonseca Carrillo.
La historia es conocida. Días después, casi por coincidencia, los cuerpos de Camarena y Alfredo Zavala, el piloto que asistía a Kiki en vuelos de reconocimiento para encontrar plantíos de mariguana, fueron encontrados con huellas de tortura.
Por ello, Fonseca tiene pendientes 8 cargos por crímenes violentos y crimen organizado y conspirar para secuestrar y asesinar a un agente federal en la corte federal de Los Ángeles, California. Su ex colaborador, Rafael Caro, está detenido en Nueva York con la amenaza de que se solicite la pena de muerte en su contra en caso de ser encontrado culpable de varios delitos relacionados con narcotráfico.
Miguel Ángel Félix Gallardo, el tercer narco, está en el penal de Puente Grande cumpliendo una condena de 40 años por tráfico de drogas.
CHZ
