Ayer comenzaron las campañas más restrictivas del sistema electoral mexicano. Con prohibiciones de última hora, sin poder recurrir a los más tradicionales métodos de campaña como eventos masivos para enlistar promesas, sin un rastro de propaganda en la vía pública y teniendo que comprobar que cada peso es propio, tres mil 422 abogados, jueces, magistradas y hasta tres ministras comenzaron a pedir votos en las redes y en las calles.
La austeridad llegó a las campañas electorales y a partir de ayer y hasta el próximo 28 de mayo, el proceso judicial demostrará si puede sobrevivir a las restricciones de financiamiento público y a las elevadas restricciones impuestas desde la reforma judicial y por las autoridades electorales.
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Las tres ministras de la Suprema Corte: Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz arrancaron con eventos con muchos asistentes, intentando no violar las recientes restricciones del INE que de última hora, previo al arranque de campañas, el Consejo General aclaró; como la precisión de que los conocidos “arranques de campaña” estaban prohibidos y les sugirió a quienes tienen un cargo, que mejor soliciten licencia sin goce de sueldo.
“No están contemplados los conceptos de gastos para la celebración de eventos como pudieran ser los denominados ‘arranque de campaña’, que contemple sonido, templete, sillas o carpas, ya que dichos artículos no se encuentran dentro de los conceptos autorizados en los lineamientos”.
Y es que el INE prohibió el uso de templetes, sonidos o carpas, incluso micrófonos o bocinas profesionales. Por lo que, desde ayer, las candidaturas tendrán que innovar para difundir sus propuestas en espacios públicos, apenas con un megáfono y volantes.
A estas reglas, se apegó la ministra Lenia Batres quien comenzó en el kiosco de Tlalpan, se subió al Cablebús, estuvo frente a la Suprema Corte y recorrió el zócalo capitalino enlistando sus tres principales propuestas de campaña: a la justicia para todos, justicia social y un Poder Judicial austero.

“La gente sabe que no está bien la justicia en México, la gente sabe que el Poder Judicial ha respondido solamente en favor de unos cuántos, la gente sabe que no tenemos a los jueces y juezas que merece el pueblo mexicano”, y aunque la autoridad electoral le prohibió aparecer en la boleta como “la ministra del pueblo” sus seguidores siguen promoviéndose con ese sobrenombre.

El sábado, el INE dejó claro que está prohibida la intervención de la iglesia , pero permitió que los sindicatos inviten a las candidaturas a sus eventos, garantizando equidad. Lo que salvó el arranque de campaña de Loretta Ortiz quien comenzó rodeada del Sindicato Mexicano de Electricistas.
“Soy una chulada de ministra, así como lo oyen, una chulada porque soy mujer, las mujeres somos una chulada, soy una mujer de 70 años, madre y abuela, y quiero ser ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación porque quiero servirles a ustedes al pueblo de México”.
Loretta Ortiz se puso los tenis y comenzó a recorrer las calles casa por casa, entregando la única propaganda que tiene permitida: volantes con sus propuestas, asegurando que es una ministra cercana al pueblo y lo seguirá siendo.

Mientras que Yasmín Esquivel estuvo en el Tecnológico de Estudios Superiores de Ecatepec, pues las instituciones educativas tienen permitido hacer estas invitaciones, pero la candidata deberá probar que no gastó un solo peso en la organización de ese evento y la escuela, deberá garantizar que invitará al respeto de las y los aspirantes y que no se trata de promoción a favor de una sola persona.

“Hoy les digo con absoluta convicción, yo no vengo a istrar lo que hay, vengo a transformarlo, vengo a cambiar lo que se necesita, voy a ser la ministra de la transformación”, dijo la ministra Esquivel quien también estuvo acompañada de su familia.

Como aspirantes a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la mayoría se limitó en compartir sus promesas en redes sociales y otros salieron a las calles.
Mientras que en todo el país, quienes compiten por magistraturas electorales regionales, jueces o juezas de distrito y magistraturas de circuito también comenzaron a recorrer las zonas en donde les corresponde hacer campaña de acuerdo con los sorteos que hizo la autoridad electoral.

Piden votos en redes con bailes y quejas por falta de dinero
Las redes sociales fueron las que dieron el banderazo de salida en las campañas judiciales, pues desde el primer minuto de este 30 de enero, las estrategias de posicionamiento de las y los candidatos se intensificaron, ahora sin ningún tipo de restricción para pedir abiertamente el voto.
Algunos incluyeron el número con el que aparecerán en la boleta, pues es ese número, más que su nombre, el que el electorado deberá marcar; otro siguieron mostrando sus mejores pasos de baile por la emoción de comenzar esta campaña y otros no dejaron pasar las quejas.
“¿De dónde chingados voy a sacar 400 mil pesos?”, se pregunta una joven candidata a magistrada, quien explica “no tengo ese dinero, tengo deudas que pagar, renta” y pide que la apoyen en “una campaña de muy bajo costo” desde su cuenta de TikTok.
Otro candidato que desde hace semanas venía acompañándose de su madre y su tía, ambas de más de 80 años, aprovecharon para dejar las restricciones de lado y destaparse abiertamente a favor de la renovación del Poder Judicial.
“Unas palabras que les voy a decir: son tantos corruptos, cabrones y rateros jueces, los jueces pa’ pura madre porque no sirven pa’ nada, hay que cambiarlos, ¿pa' qué quieren lo que no sirven? A chingar a su madre, pa’ empezar”, dice la mujer al lado del candidato de quien aclara, su sobrino se llama José Antonio, pero le pueden decir “sólo Pepe”, como lo conocen en la familia.
Otro candidato apareció con un video con más producción en el que se va saliendo de un juzgado y se va desprendiendo del saco y la corbata hasta cambiarse de ropa como “un ciudadano” que quiere transformar la justicia en el país.
Así, con todos los elementos de una campaña ahora prohibidos y con un reciente candado a los gobiernos de los tres niveles para que no intervengan en la promoción, las candidaturas tendrán 60 días para lograr ser reconocidas y generar simpatías que puedan convertirse en votos el próximo 1 de junio.
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