Entre el calor de los hornos que le dan cocimiento a las artesanías de barro y con las piezas terminadas, es como le dan vida los alfareros del Barrio De La Luz a esta temporada tan importante para los mexicanos, pues en el centro alfarero es donde se elaboran una de las piezas importantes para la colocación de ofrendas para quienes se adelantaron en el camino.
A marchas forzadas, los artesanos preparan la temporada más fuerte del año que es la elaboración del copal y candelero, pues son las principales piezas que buscan las personas.
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En entrevista, Arturo López Cano, presidente de los alfareros señaló que se están recuperando de la pandemia y desde agosto comenzaron con la producción, por ello, esperan un 60 por ciento de incremento en sus ventas.
En este contexto, refirió que lo más solicitado es el candelero y el sahumador, que cuentan con diferentes tamaños, la miniatura con un precio de 130 pesos, juguete de 220, mediano 350 y grande con precios de 380 pesos.
Ante esto, indicó que con seis generaciones luchan para que este oficio no se muera, por tanto, trabajan 15 familias en este lugar, quienes elaboran desde 30 a 70 piezas diarias para que esta artesanía llegue al interior del estado y de la república.
Asimismo, comentó que generan más de 100 empleos entre los hijos, sobrinos y nietos, quienes conforman la asociación, siendo en su totalidad hombres, al comentar que los tiempos han cambiado y las mujeres ya no se involucran.
“Hemos luchado bastante, nos ha costado mucho trabajo desde que en el 2001 fue expropiado el inmueble, pero no hemos tenido apoyo de las autoridades y les hemos pedido que se convierta en un corredor artesanal como hay en otras partes del país para atraer turismo y más ventas”, enfatizó.
Asimismo, resaltó que es importante que la gente conozca el proceso de la alfarería y que las piezas que se elaboran lleguen a otras partes, como es en municipios de Huaquechula y Tochimilco en donde colocan monumentales ofrendas y son de los principales compradores.
Agregó que la meta es llegar al extranjero, pero para esto, aclaró que necesitan la reparación del horno que realiza las piezas sin plomo para que puedan exportar y que sus artesanías sean valoradas en otros países.
De igual forma, subrayó que el copal y el candelero son las más solicitadas para la temporada que se aproxima, pues las personas cada año las adquieren para que sus altares luzcan.
Abundó que la tradición no muere, por ello, la venta de esta mercancía no baja e incluso refirió que, en esta época llegan al centro alfarero a surtirse para realizar sus ventas en cada municipio o estado, toda vez que desde tres meses de anticipación comienzan con los pedidos.
El representante de alfareros explicó que hay gente que les pide hasta 50 gruesas, considerando que cada gruesa contiene 144 piezas.
Compartió que adquieren el barro del municipio de Amozoc, el cual lo preparan en uno de los cuartos destinados para esto, y después comienzan con la elaborar las artesanías para darle una primera quema, denominada cahuete y, después, se le coloca el esmalte, brillo, color y se vuelve a ingresar al horno durante más de seis horas.
Contó que algunos trabajadores sacaban las enormes cazuelas de barro utilizadas para el mole en las fiestas y, con orgullo nos narró que cuentan con un horno de 200 años de antigüedad.
López Cano precisó que hay personas que compran desde el menudeo hasta mayoreo, y después de los artículos mencionados, las cazuelas son las más vendidas, las cuales son utilizadas para preparar mole y tienen un costo de mil 200 pesos en este lugar, pues en el mercado aumentan más de mil pesos.
Con nostalgia narró que todos los días trabajan con amor para que este oficio no se pierda, pues ya son más de cinco generaciones que los alfareros le dan vida al Barrio De La Luz.
Recordó que aprendió de su padre y posteriormente su conocimiento lo transmitió a sus hijos y, sus hijos a los nietos y ahora a los bisnietos, quienes están comprometidos con las artesanías que se elaboran.
Por último comentó que son muchas las personas que llegan al lugar a buscar una cazuela para cocinar sus platillos para sus fiestas o de manera cotidiana, así como la elaboración de ollas para las piñatas, aunque dijo que esta producción disminuyó pues ahora se hacen de cartón.
CHM
