María de los Ángeles Sánchez Aguilar, de 49 años, ha decidido compartir su historia de vida con el Parkinson, una enfermedad que llegó y fue transformando su realidad poco a poco.
Para María, vecina de la colonia Mirasur Primer Sector, en Escobedo, su esposo y su hija de 13 años se han convertido en su mayor red de apoyo.
Aunque fue diagnosticada oficialmente en 2017, María reconoce que los síntomas comenzaron mucho antes, alrededor del año 2010.
“Al principio eran cosas pequeñas, movimientos que no podía controlar, sensaciones extrañas en mi cuerpo… pero no entendía qué pasaba”, relató.
El diagnóstico llegó como un golpe duro, pero también como una respuesta que le permitió entender su situación y buscar herramientas para adaptarse.
El Parkinson, de inicio temprano, como el que ella padece, representa un reto distinto al de quienes enfrentan la enfermedad a edades más avanzadas e implica continuar con responsabilidades laborales, familiares y sociales.
En su caso, el amor por su familia ha sido clave para mantenerse en pie, pues su hija era muy pequeña cuando la diagnosticaron y eso le dio fuerza.
“Vivir con Parkinson no es fácil, pero la vida no se puede detener, he aprendido a adaptarme, a tomarme mis tiempos”, afirmó.
Con su historia, María busca generar conciencia de esta enfermedad poco comprendida por muchos e inspirar a quienes enfrentan diagnósticos similares.