La clínica veterinaria Tom & Jerry, ubicada en la colonia Piracantos de Pachuca, ha sido objeto de denuncias en redes sociales tras la muerte de Maia, una perrita de raza pomerania de nueve meses, que ingresó al establecimiento para un baño rutinario.
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Sergio Bardales, de redes sociales y dueño de la mascota fallecida, relató que el pasado viernes 14 de febrero llevó a sus tres perros a la veterinaria para un servicio de aseo.
Se trataba de un husky de nueve años llamado Camilo y dos pomeranias, Mike de dos años y Maia. Horas después, el personal del establecimiento informó que los animales estaban listos para ser recogidos. Sin embargo, una hora más tarde, se comunicaron nuevamente con él para informarle que uno había fallecido.
Al llegar al lugar, Bardales recibió una explicación del veterinario Pedro Padilla Rodríguez, quien indicó que la perrita había vomitado y posteriormente presentó debilidad, por lo que intentaron istrarle oxígeno sin éxito. No obstante, el dueño afirmó que en la jaula donde se encontraba su mascota no había rastros de vómito ni evidencia de lo ocurrido.
El caso ha generado indignación en redes sociales, donde s han cuestionado la regulación de la clínica veterinaria.
Falta de documentación y regulación en la veterinaria
Según la denuncia de Bardales, el establecimiento no pudo presentar documentos oficiales como la cédula profesional del veterinario, la licencia de funcionamiento ni la certificación de sanidad.
“Cuando solicitamos la licencia de funcionamiento, la recepcionista la imprimió en ese momento, y tampoco contaban con una certificación sanitaria”, aseguró.