Espectáculos

Marina de Tavira "En la actuación, la energía es transformada y transformadora"

Marina de Tavira y Rodrigo Virago hablan de "Un tranvía llamado deseo", que tendrá una nueva temporada del 19 al 12 de abril en el teatro Salvador Novo del Centro Nacional de las Artes (Cenart)

Marina de Tavira y Rodrigo Virago se toman de la mano, se hablan como mejores amigos, sus respuestas se complementan. Nadie pensaría que en el escenario están interpretando a Blanche DuBois y Stanley Kowalski, protagonistas antagónicos de Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams.

“La energía de la actuación es transformada y transformadora”, resume la actriz el cambio de personas a personajes, en esta obra estrenada hace más de 80 años que vuelven a montar, a petición popular, después de una primera temporada en agosto pasado con boletos agotados, dirigidos por Diego del Río.

En el contexto de la conferencia para anunciar la programación por Día Mundial del Teatro para Niñas, Niños y Jóvenes, el 20 de marzo, y por el Día Internacional del Teatro, el 27 de marzo, se dio a conocer que Un tranvía llamado deseo se repone, ahora en el teatro Salvador Novo, del Centro Nacional de las Artes (Cenart), para una nueva temporada del 19 al 12 de abril, en funciones de miércoles a sábado.

En entrevista De Tavira y Virago dan sus impresiones sobre cómo dieron vida a esta pieza clásica del teatro estadounidense, ganadora del premio Pulitzer en 1948, que muestra la confrontación entre Blanche DuBois, una mujer del sur estadounidense, atractiva, educada, con sueños de grandeza, y su cuñado, Stanley Kowalski, un hombre violento, de origen polaco, proletario, pobre pero ambicioso.

Ambos se muestran maravillados por la respuesta del público, que agotó boletos para esta obra de 170 minutos, en la que también participan en escena Astrid Mariel Romo, Ana Clara Castañón K, Alejandro Morales, Mónica Jiménez, Federico di Lorenzo, Diego Medel, Diego Santana y Patricia Vaca.

“Fue maravilloso tener la temporada llena. Fue también sorprendente, yo no esperaba ni la reacción del público ni lo que sucedió en escena. Ahora estoy emocionado de regresar y volver a contar esta historia maravillosa”, refirió el también actor de películas como El baile de los 41 y Borrar de la memoria.

La protagonista del filme, Roma, por el que fue nominada al Oscar a Mejor actriz, expresó sorpresa de que, más que los actores, fuera ahora el público el que pidiera la reposición, la cual se presentó en el Pabellón Escénico del Centro Cultural del Bosque durante la ceremonia que reunió a autoridades de la Secretaría de Cultura, del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y creadores escénicos, que también presentaron la programación del Cenart, Centro Cultural Helénico y otros escenarios teatrales.

“Sí es muy emocionante volver, porque quienes hacemos teatro siempre estamos deseando seguir y dar más y más funciones, pero nunca me había pasado que la necedad, en el buen sentido de la palabra, viniera del otro lado, que fuera la gente, el público que nos escribiera para preguntar cuándo se iba a volver a hacer la obra. Que el teatro tenga en estos días esa fuerza, verificar esa necesidad de la gente de atestiguar teatro y de vivir la experiencia, me llena de emoción y esperanza sobre la sociedad”, dijo.

Hablaron sobre cómo manejar la violencia en escena cuando se llevan tan bien fuera del escenario de una de las historias con más violencia del teatro del último siglo, como puede atestiguarse en la adaptación fílmica que dirigió Elia Kazan, con Vivian Leigh y Marlon Brando en sus protagónicos.

“Con mucho cuidado, respeto, mucha iración y entendiendo que es una ficción y que en esa ficción hay que darle veracidad a ese personaje violento. Blanche también es violenta, desde mi punto de vista. Pero, (la manejamos) con mucho diálogo, mucho respeto, mucho amor hacia el quehacer escénico. Y entendiendo que tenemos un guía, nuestro director, Diego del Río, y que es ficción”, expuso Virago.
“La energía de la actuación es transformada y transformadora. Muchas veces toda esa violencia es la violencia de los personajes, pero a veces también se nutre de una energía totalmente contraria entre los actores. A mí me gusta siempre, antes de empezar la obra, darle un abrazote a mi compa y decirle todo lo que lo quiero, porque es así. Todo ese cariño, respeto y iración que le tengo se vuelve violencia en la energía actoral, pero es una violencia que es hermosa en la actuación, es decir, aquello que a los personajes les duele y los violenta, a los actores nos llena, nos da, no nos destruye”, dijo De Tavira.

¿En que dirían que se parecen Blanche DuBois y Stan Kowalski?

“De entrada, en querer la atención, el amor, y todo el tiempo de Stella. Stanley quiere a Stella para él y Blanche quiere a Stella para ella. De entrada es la similitud primordial. También diría que es una especie de bisagra, es un juego de poder bastante interesante. Si bien son dos géneros diferentes, también está esa necesidad por el control y esa energía controladora y violenta sobre lo que quieren y sus deseos y aspiraciones dentro del trayecto de la obra”, respondió Rodrigo Virago.
“Los dos tienen vocación autodestructiva. También son incapaces de ver al otro o a la otra, están demasiado encerrados en sí mismos, en sus propios conflictos. Blanche es incapaz de entender a Stanley, entender que es un el hijo de inmigrantes, que está tratando de hacer una vida, que es una persona que trabaja. Para ella es como un ser violento, como un animal, ella lo dice. Y Stan es incapaz de ver la profunda desolación de Blanche y que no tiene a nadie y que está quebrada internamente, y sentir compasión y empatía por eso. Están incapacitados para la empatía”, sostiene De Tavira.

¿De verdad Kowalski es un bruto, ese animal del que habla Blanche, o es hombre de su tiempo? Y ¿cómo se inserta esta mujer educada, con sensibilidad, en el contexto del bruto?

“Retomo lo que decía: son personas que están metidas en un mundo que puede llegar a ser devastador y que están intentando salir adelante, sobrevivir, pero no son capaces de verse y de agarrarse de la mano y ayudarse, sino que se destruyen. Y al destruir al otro se destruyen a sí mismos. En el mensaje del Día Mundial del Teatro se decía: ¿Seremos capaces de, a través del teatro, entendernos en la diferencia, ser capaces de ver al otro, al distinto. Tennessee Williams está hablando de eso en esta obra”, dice Marina.
“Hablando de Stanley, no sé si la palabra correcta sea bruto, pero todo ser humano tenemos inherentemente tenemos algo de bestialidad. Este personaje lo muestra ahí. También debemos entender que es un prisionero de sus circunstancias y su contexto histórico, este cabrón estuvo en la guerra, viene de ahí y lo único que sabe para defender lo que quiere es destruir y matar, estuvo matando gente. Tennessee Williams lo que pone es eso. No sé si la brutalidad, sino la falta de entendimiento y reconocer a la otra persona, verla y ser empático con ella”, dice Virago sobre el personaje que encarna.

De Tavira se reconoce como una actriz que, en el rol de Blanche, está tratando de entender a Kowalski, aunque subraya la circunstancia de la violación que sufre DuBois a manos del esposo de su hermana.

“No he preguntado a personas del público con qué personaje empatiza. Realmente si es verdad que Blanche acaba teniendo más las consecuencias de la víctima por el hecho de que es expulsada y mandada a un centro donde básicamente va a ir a encerrarse a morir. Y él se queda como aquel que la expulsó y que perpetuó la violencia. Además hay una violación, que ahí ya no hay mucho que decir.
La bailarina mexicana  Elisa Carrillo. (Foto: Juan Carlos Aguilar) arrow-circle-right
“Soy una actriz que, como Blanche, siempre estoy tratando de entender a Stan, pero afuera, no adentro. Alguien que estuvo en la guerra ¿qué violencia le estamos ejerciendo? A todos esos chamacos, niños que tiene que ir a la guerra. Pues claro que después van a ser unos seres que van a hacer violencia en su casa. La violencia es sistemática, es del sistema. No es de la persona que es mala; es el sistema que está podrido”, agregó De Marina, que recién actuó de Clitemnestra en La niña en el altar, de Marina Carr.

Al respecto, Virago recuerda la frase icónica de Blanche casi al final del drama estrenado en Broadway en 1947, para apunta la empatía del público hacia el personaje: “No quiero realismo, quiero magia”.

“Vivimos una sociedad tan quebrada en el tejido social, que lo que estamos buscando es esa magia. La realidad hoy en día abruma y duele. Y, un personaje como Blanche, que le apuesta a lo bueno, a lo bonito, a la magia de la vida, pues siempre va a ser un gran gancho para que un espectador diga: 'Sí, sí quiero magia'”, apunta el Virago y De Tavira suscribe: “Qué bonita respuesta, Rodrigo, me encantó”.

Si no hubiera realismo, sino pura magia, viviríamos en un mundo como el de Trump, irreal.

“No, ahí hay narcisismo, egocentrismo, no hay esas flores, ese amor”, rebate el actor.
“No. Ese mundo que tú mencionas lo que quiere es la supremacía del poder. Aquí estamos hablando de alguien que dice: Yo no digo la verdad, sino lo que debería ser verdad. Trata de ofrecérselo a las personas. Ojalá el mundo fuera hermoso, ojalá este hombre estuviera enamorado de mí... De alguna manera trata de embellecer la desolación”, apunta la también productora teatral sobre su personaje.

Rodrigo Virago y Marina de Tavira, puestos en el papel de sus personajes, se preguntarían uno al otro:

“Muy dentro de Stan, sí le preguntaría a Blanche: ¿Por qué no nos entendimos? ¿Por qué no supimos tener una relación sana, en pro de la familia? Porque al final de cuentas son familia. Lo único que tiene Stan es a Stella y al bebé. Pero, también Blanche es su familia y es la única que tiene. Y, a partir de eso, sí sentarían a echar una cheve para preguntarse: ¿qué nos faltó? ¿Por qué no nos pudimos entender?”.
“Sí, exacto. Yo le preguntaría a Stanley: ¿Cuál es esa herida? ¿Cuál es tu herida abierta? Si fuéramos capaces de ver a veces que todas las personas con las que nos relacionamos alguna vez fueron niños y niñas, y todos y todas somos de alguna manera un niño lastimado, pues, ¿Cuál es esa herida tuya? Y si nos vemos desde ahí, podemos entender y progresar hacia una mejor forma de comunicarnos”.

OAGP

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José Juan de Ávila
  • José Juan de Ávila
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  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.
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