Rogelio Soto Ochoa, presidente de la Unión Regional Ganadera de Durango, señala que debe precisarse el decreto para el no uso de maíz transgénico, ya que impedir su importación sería un duro golpe a la ganadería del estado.
Además de soportar la sequía que se ha prolongado por más de tres años, esto elevaría los costos por la compra de este suplemento alimenticio ante la falta de pastos en los agostaderos.
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Explicó que en las etapas de sequía por las que ha atravesado el estado en la época reciente, los ganaderos realizan compras de maíz quebrado transgénico para alimentar al ganado que no tiene qué comer en el campo. De no haber permiso para sus importaciones a gran escala, se tendría que recurrir a producto nacional a un alto costo.
Podría significar un duro golpe a la productividad de rastros
Refirió que, en el caso de la zona de La Laguna, tiene conocimiento de que tan sólo para cubrir la demanda de alimento de las engordas de la empresa SuKarne en Lucero, municipio de Tlahualilo, se requieren de 4 a 5 carros (furgones) de ferrocarril, todos con maíz transgénico de importación proveniente de Estados Unidos, lo que podría significar un duro golpe a la productividad de estos rastros al elevar sus costos.
Industria a la expectativa
Hizo ver que se deben aclarar sus afectaciones, ya que si el decreto habla de prohibir su siembra, esta no afecta mucho porque representa el 10 por ciento del maíz amarillo que se consume en México. Sin embargo, el 90 por ciento restante es maíz amarillo transgénico de importación y va a satisfacer los requerimientos de las diferentes ramas productoras de alimentos, como la ganadería y la producción de aves (pollos), sin contar que la industria de la tortilla también depende de dichas importaciones.
De confirmarse que dicho decreto prohíbe el uso de maíz transgénico en México, "nos vendrá a partir la 'M' a la ganadería, a la industria que produce aceites y a los cereales, ya que son varias las actividades en las que se demanda el maíz amarillo genéticamente modificado", expresó.
“Son dos cosas diferentes: si el decreto prohíbe su siembra, eso no impacta mucho porque solamente el 10 por ciento de lo que se demanda se siembra aquí, pero si el decreto incluye la comercialización, eso afectaría los tres conceptos ya descritos y violenta incluso los acuerdos del T-MEC. Ellos (el gobierno) dicen que el decreto es para prohibir el uso de maíz transgénico, entonces sí nos parte la madre”, enfatizó.
Soto Ochoa apeló que sea un error de percepción y que este decreto se ajuste únicamente a la siembra de maíz transgénico en México, pero no a su uso. En etapas de crisis como la que han venido arrastrando los ganaderos tras tres años de sequía, la única manera de alimentar al ganado ante la falta de pastos en los agostaderos es mediante la compra de maíz amarillo transgénico proveniente de Estados Unidos, lo que agravaría aún más la crisis que ya padecen.
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