Desde el estallido de la pandemia en el lejano 2020, la sociedad tuvo un cambio significativo en su comportamiento. Estando encerrados y aislados, las personas se fueron conociendo más, abriendo paso a situaciones y sentimientos desconocidos, mismos que en ocasiones necesitaban una guía que los ayudara y aconsejara.
El Dr. Roch es un conferencista, escritor y consultor mexicano conocido por hablar sobre temas de desarrollo personal, liderazgo, inteligencia emocional.
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Quienes han asistido a sus conferencias suelen recordar menos las diapositivas y más los silencios porque si algo ha dejado claro es que el verdadero liderazgo no nace de la perfección ni del control, sino de la capacidad de sentir.
“Nos enseñaron a no llorar, a no mostrar miedo, a no dudar. Pero nadie puede liderar si no sabe lo que siente. Y nadie puede sentirse libre si vive atrapado en emociones reprimidas.”
Durante más de treinta años, el Dr. Roch ha recorrido universidades y foros internacionales hablando de la importancia de la conciencia emocional. Y lo hace desde un enfoque que mezcla ciencia y experiencia, psicología y vida cotidiana.
Su historia comenzó con la necesidad de entender por qué la gente se derrumba cuando parece tenerlo todo. Por qué el éxito, en su versión tradicional, no basta. Por qué tantas personas toman decisiones que van en contra de sí mismas. Esa búsqueda lo llevó a especializarse en neurociencia conductual.
Dr. Roch narró el caso de un ejecutivo que acudió a él tras sufrir un colapso emocional en una junta directiva. Tenía 45 años, un cargo alto, familia estable, ingresos sólidos. Y, sin embargo, algo se rompió en medio de una discusión mínima. “No fue la junta”, dijo el propio paciente. “Fui yo, sosteniendo todo sin sostenerme a mí”.
Esa frase se convirtió en una especie de mantra para Roch: sostenerse a uno mismo antes de sostener cualquier proyecto. Su método, lejos de ser terapéutico en el sentido clínico, es una propuesta de exploración interior.
“Un líder que no siente, no conecta. Y un líder que no conecta, impone”, dice con frecuencia. Para él, el verdadero poder está en la vulnerabilidad bien gestionada.
La incomodidad, dice, es la antesala de la transformación. Y mientras muchos buscan estrategias para evitarla, él la abraza como parte del proceso.
Al preguntarle cuál considera que es la emoción más difícil de gestionar en la actualidad, responde: “La culpa. Vivimos arrastrando lo que hicimos o lo que no hicimos, lo que dijimos o lo que dejamos pasar. Y desde ahí tomamos decisiones, educamos a nuestros hijos, elegimos pareja, dirigimos equipos. La culpa no gestionada es una cárcel silenciosa”.
Pero así como habla de las sombras, también lo hace de lo positivo. De la posibilidad de vivir en coherencia, de amar sin miedo. En sus propias palabras: “No hay nada más poderoso que una persona que se ha hecho cargo de lo que siente”.
En un mundo y sociedad donde la ansiedad y la desconexión emocional se han vuelto grandes temas de conversación, el trabajo del Dr. Roch cobra un valor particular.
"Liderar no es dirigir. Es estar presente. Y para estar presente, primero hay que estar entero", finalizó.
DAG