La reducción de la jornada laboral a 40 horas pondría al sector restaurantero contra la pared, ya que el 99 por ciento de los negocios son pequeños y no podrían con la carga financiera que representa, por lo que tendrían que cerrar o entrar al sector informal de la economía, aseveró la presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados de Nuevo León (Canirac), Kathia Guajardo Bosques, quien pidió que la medida se aplique en forma gradual, por lo menos en un lapso de 5 años.
La lideresa de restauranteros aclaró que los restauranteros no se oponen a mejorar las condiciones de los trabajadores, pero reducir los horarios implicaría aumentar considerablemente la planta laboral, quizá hasta en más de un 30 por ciento, algo que muchas empresas, que son meramente familiares, no pueden.
“Pero advertimos que una reducción abrupta de la jornada laboral a 40 horas, sin esquemas de transición escalonada, generará un impacto severo para el 99 por ciento del sector”, dijo.
Explicó que en Nuevo León, el ámbito restaurantero está compuesto en un 89.7 por ciento por microempresas, en tanto que las pequeñas y medianas son el 9.7 por ciento; solo el 0.6 por ciento son grandes, con más de 250 empleados. En total, genera 150 mil empleos directos.
“Por lo tanto, las políticas públicas, reformas laborales, deben considerar esta composición para garantizar la viabilidad del cumplimiento y el crecimiento sostenido de este sector”, dijo.
Guajardo Bosques presentó algunas propuestas para aliviar la presión de los restauranteros.
“Establecer un periodo multianual de implementación con esquemas diferenciados por tamaño de empresa; reconocer legalmente el tema de jornadas flexibles, como turnos dobles, jornadas acumuladas o escalonadas”, dijo.