Pocas sorpresas.
La destrucción del Poder Judicial como un tercer poder se ha consumado. A decir por lo que hasta el momento reporta el INE, la Suprema Corte de Justicia y el nuevo Tribunal de Disciplina será integrado como el gobierno y su partido lo habían imaginado. La mayoría de los casos que le importen al gobierno irán en el sentido que ellos quieran y los jueces que incomoden serán sometidos a la disciplina del nuevo tribunal.
En los próximos días sabremos cómo van quedando las otras instancias votadas el domingo, pero veremos algo similar, en ese caso tal vez con la influencia de gobernadores. En lo cotidiano, en el fuero y las especialidades habrá caos.
Así fue diseñado este batidillo y así ha quedado servido. Eso querían, eso tendrán. Poco más que decir que lo mucho que se ha dicho de cómo esto cambia profundamente, no para bien, al país.
Dicho lo cual, resulta un poco extraña la manera en que el gobierno y sus seguidores, y ayer en la mañanera la Presidenta, han celebrado la elección del domingo.
Para un ejercicio que, según ellos, no era partidista y politizado, ellos se han montado en la politización.
Para hacer el argumento del éxito, dijo la Presidenta ayer: “¿Cuántos votaron ayer? Cerca de 13 millones, un poquito más, parece. Fíjense cuántos votos tuvo el PAN en 2024: 9.6 millones. Fíjense cuántos votos tuvo el PRI en 2024: 5.7 millones. O sea, por ellos votan menos de los que votaron para el Poder Judicial, pues con razón están un poco preocupados. Movimiento Ciudadano, 6.2 millones. ¿Sí se entiende? O sea, ellos dicen que participó muy poca gente, pero resulta que los que participaron son más de los que les dieron su voto hace un año, 13 millones de personas. Inédito, impresionante, maravilloso, democrático. Apostaban a que no iba a salir nadie a votar; bueno, votaron más de los que votan por ellos. ¿Sí se entiende? Bueno, ahí nada más para…”.
Y no sé si lo de las comparaciones con partidos políticos —esos, los que casi ya no existen— sea la mejor manera de celebrar.
Para ser la reforma del Poder Judicial la corona del plan C y la transformación, pues dónde anduvieron los más de veinte millones de ciudadanos que votaron por Claudia Sheinbaum y decidieron quedarse en casa el domingo. ¿Quieren a la Presidenta pero no votaron por la joya de la corona de su transformación?
Ahora, es una abolladura menor, de narrativa. Lo que importa se ha consumado. Y no va a estar bien.