La alternancia histórica en el Estado de México, de la mano de la primera gobernadora, Delfina Gómez, tiene una serie de concatenaciones políticas que dan paso al debate y jaloneo de fuerzas que tienen la mira en el posicionamiento rumbo al 2024, cuando la elección presidencial concurrente con las de alcaldes y diputados mexiquenses, arrastrarán al electorado a las urnas.
El Poder Legislativo es, sin duda, la caja de resonancia de la actividad política y acontecer social a través de esas fuerzas y que, indudablemente, algunas tendrán que reinventarse y empezar de cero como es el caso del PRI y su bancada, que se sumará a la voz oficial de la oposición a partir del próximo 16 de septiembre cuando se consuma la transición.
Sin duda lo sabe no sólo el grupo parlamentario, sino el priismo estatal en general desde el primer minuto del pasado 5 de junio, cuando conocieron por primera vez la derrota en una elección a gobernador e iniciaron el camino para el cambio de su retórica.
Claro ejemplo de ello se dio cuenta ayer, durante el último periodo extraordinario de sesiones, donde se aprobó la nueva Ley Orgánica de la istración Pública estatal, columna vertebral del gobierno de Delfina Gómez. El tricolor se vio señalado no por este tema, sino por la glosa del último Informe de Alfredo Del Mazo que se realizará el próximo 4 de junio, en donde se advirtió que no podrán participar los hasta el momento del gabinete, precisamente por el cambio de istración.
Si bien los funcionarios dejarán de asumir funciones hasta el próximo 15 de septiembre, el análisis iniciará una vez que el Ejecutivo realice la entrega y a partir de allí se calendarice la glosa en el pleno, para esas fechas ya con los nuevos titulares en el cargo; los ex responsables no estarán en la obligación de acudir al pleno a menos de que se detecten fuertes irregularidades.
Si bien la bancada del PRI hace unos días dejó firme su posicionamiento al señalar que serán una oposición institucional, no está de más advertir que con la nueva istración también serán el eje de ataque del próximo partido en el poder y que recaerá en la figura de su coordinador, Elías Rescala Jiménez, el rostro de la defensa no solo de su grupo parlamentario, sino de partido en general ante la ausencia mediática del que ocupa el cargo de dirigente, Eric Sevilla.
Por ello, desde el Congreso local, el PRI tiene la responsabilidad de encauzar el proyecto electoral rumbo al 2024 mientras que sus oponentes solamente tendrán que seguir la misma estrategia: aferrarse a la figura y popularidad del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Difícil tarea.