Igual a los derechairos mediáticos, políticos y judiciales que se la pasan regañando como prefectos de secundaria a quienes se preparan para participar en el proceso electoral del próximo 1 de junio, tienen razón. Les ha ido tan apabullantemente y ridículamente tan mal en las últimas elecciones que por eso ya no les hace tanta gracia la democracia participativa y mejor se esconden en la abstinencia activa. No se rían.
Digo, perder todo el tiempo debe ser muy difícil de asimilar. Más aún cuando se sienten la divina garza envuelta en huevo y todavía se dan el lujo de pelusear a la gente a la que luego le andan mendigando un mendrugo de sufragio efectivo, no reelección. Después de tantas rudas terapias de choque, es hasta comprensible que Alititito Moreno, Jojojorge Robero de Terrenos, Markititito Cortés, la minista Piña, Laynez Potizek y todos los paleros de Alazraki hagan berrinche y prefieran pasar las vergüenzas de declararse demócratas negándose a votar.
Ya no hacen a los derechairos como antes. De hecho, estaban tan acomodados en su apoltronamiento enanoburgués, que perdieron el ojo de tigre. Son los derechairos de cristal que se hacen las vístimas, se escudan en una maquinaria go-negative toda oxidada y al borde del desviele, y terminan por ser un repugnante licuado de contradicciones. La más divertida de ellas es que declararán traidores a la patria a quienes vayan a votar. ¡Y yo en babuchas!
Todavía recuerdo cuando hasta el hoy antidemócrata remiso, Lord Montajes Loret hacía, junto con otras celebridades, aquella campaña muy posadita de “Si no votas, cállate”. Pero las que terminaron por callar fueron las comodinas chachalacas que llaman a no votar, temiendo lo previsible: que los verdaderos demócratas le pongan en la torre al Poder Perjudicial piñista.
Solo para documentar el cinismo, apenas ayer una jueza liberó a los artífices de la fosa clandestina en Salvatierra, obra del Cartel de Santa Rosa, cuenta la periodista Laura Sánchez Ley: “Y lo peor es que se pasean por la calle, aterrorizando a padres y buscadores”.
Ya lo único que le falta a nuestros demócratas que llevan tatuada en la espalda un homenaje a la operación tamal, es recurrir a la CNTE para que llamen no votar y de paso defender a Trump porque la Suprema Corte gringa -que no es nada piñista- ya declaró ilegal que agente anaranjado ande imponiendo aranceles a lo buey.
Es la increíble y triste historia de los nada cándidos derechairos y la democracia desalmada.