Es insoslayable la importancia de México en el mundo, su cultura, historia diplomática y poder económico lo demuestran.
Necesita potenciar su poder blando (promoviendo su turismo, cultura, gastronomía, combate la corrupción, entre otros.) para acrecentar su presencia a nivel internacional, su participación en organismos internaciones es fundamental para recuperar protagonismo, protagonismo que le fue arrebatado por Brasil durante los gobiernos de Lula Da Silva y Dilma Rousseff.
Su papel en la conformación del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), así como su pertenencia a los BRICS (acrónimo utilizado desde 2000 para referirse a las economías emergentes más prometedoras del mundo:
Brasil. Rusia, India, China y Sudáfrica) fueron unas de las plataformas para que Brasil se erigiera como líder de Latinoamérica.
Es necesario que México no solo continue, sino que impulse aún más una cooperación económica, comercial y cultural con Estados Unidos, pero también que inicie y profundice relaciones con otras regiones del mundo.
China, que se encamina para desbancar a Estados Unidos como la primera potencia económica a nivel mundial, es un país que en otro tiempo era competidor nato de México en manufactura.
Debido al valor agregado de los productos chinos y al poder adquisitivo de la población china, lo cual permite el fortalecimiento de su mercado interno, la economía china pasó a ser una economía enfocada al sector secundario a ser una economía del sector servicios, lo que resulta benéfico para México ya que China deja de ser un competidor, de esta forma el gobierno mexicano podría buscar un mayor intercambio comercial con el gigante asiático.
México necesita de Latinoamérica y Latinoamérica necesita de México, a través de una agenda común en donde los temas de interés se concatenen es posible el progreso y desarrollo de la América Latina.
Estimado lector, en las próximas semanas, esta su columna, Nuevos Rumbos, estará de regreso. Hasta pronto.
