Por ningún motivo podría alguien oponerse al progreso, a la inversión bien encaminada, a buscar mejores horizontes que beneficien a la población, pero visiblemente surgirán las comparaciones de las preferencias que los gobernantes le dan a ciertas regiones, desplazando a otras con mínimos o nulos beneficios, como resalta el sistema lagunario del río Tamesí que abastece del vital líquido a Tampico, Madero y Altamira.
En días recientes el director de la Conagua, Efraín Morales López, afirmó que Tamaulipas es el segundo estado del país con más inversión en proyectos hídricos (10 mil millones), tras poner en marcha el proceso de licitación para la construcción de la segunda línea del acueducto para Cd. Victoria. Que bueno por el centro de la entidad, pero hasta estas líneas nada para el sistema lagunario del sur.
Gran parte de esta millonaria inversión de recursos hidráulicos en Tamaulipas será ejecutada en una Planta Tratadora de Aguas Residuales en La Pedrera, del municipio de Altamira, donde se pretende tratar el 71 % de las aguas sucias de dicho municipio.
Y siguiendo con el mismo rubro del agua, también en Altamira, destaca la incorporación de la Planta de tratamiento de aguas residuales en Estación Cuauhtémoc, lo que significa progreso visible y palpable, pero subrayo, el Chairel de Tampico sigue en la indiferencia.
La única “buena noticia”, además de la draguita que medio escarba el Chairel, es que se ha llegado a la maravillosa conclusión de que el agua no llega al Sistema Lagunario y a las presas del sur, por el saqueo que se hace del líquido rio arriba.
El gran descubrimiento es que la terrible crisis que se tuvo por los escasez de agua hace un año, fue atribuida al robo del recurso, por parte de personas que no cuentan con permisos ni concesiones para su extracción.
Hoy se anuncian medidas para impedir el despojo con multas considerables, pero no se sugieren obras como la construcción de diques que impidan las fugas de agua dulce y mucho menos se piensa que pronto se construya la anhelada presa del Tamesí.
Bien por Ciudad Victoria y Altamira, pero como sugerencia, échenle un ojito a Tampico en donde su pujante población merece más que costaleras y una draguita.
