¡Ya llegó por quien lloraban!

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Ten cuidado con lo que deseas porque se te puede cumplir. Tanto lo pidieron los derechairos que se les apareció AMLO y les temblaron las patitas.

Ya me imagino el ojo Remy que soltaron todos los de la ultraderecha mediática y prianista cuando se les apareció el presidente López Obrador llegando a la hora de votar. Les ha de haber dado el telele a todos esos que con enfermiza asiduidad se preguntaban:¿y dónde está López?

Y claro, luego pasaban a alegar que López estaba en La Habana o en un submarino soviético o en la palestra del Partido Comunista de China, controlando al mundo con sus tamalitos de chipilín.

Y es que hagan de cuenta que se las había perdido la niña de sus ojos, el santo grial, la piedra de toque, el ajonjolí de todos sus complós encarnando sus nostalgias. Y es que, a juzgar por la manera en que invocaban a Ya saben quien, cualquiera diría que lo necesitaban más de lo que mi Juanga necesitaba al Noa Noa. Por eso decían que estaba obligado, que si no tenía nada que esconder, que saliera debajo del colchón como dicen los Chuchos del chuchinero… y ¡tómala barbón¡, que se les materializa para seguir documentando sus sueños pesadillescos y húmedos.

Si de por sí al prianismo en pleno se les había apestado toda su campaña contra el voto para defender la democracia (la asistencia fue nutrida por el empeño y la inteligencia que la presidenta Claudia Sheinbaum le puso a este proceso electoral que contagió a ese altísimo porcentaje de mexicanos que, como su barrio, la respaldan), la aparición de AMLO les acabó de dar emocionalmente en la torre. Quienes todavía tenían dudas, al ver que el presidente Andrés Manuel estaba en cuerpo y alma en su casilla correspondiente, sacaron de volada su credencial de elector.

Pobrecitos de los alazrakis, los rivapayachos, los anayitas, las dressers, los chikiliquadris, los kinkytellistas y el prianismo en decadencia. Algunos delirantes guangos alegaban que López había viajado de Cuba en un jet para ir a votar en friega nomás para poner a parir chayotes a la pálida oposición, esa que marchó 500 metros para manifestarse contra el voto. Sí, los que argüían que votar era de chingones.

La aburrida etiqueta de #DomingoNegro se derrumbó ante la de #OposiciónTotalmenteDerrotada.

Solo se escuchó decir a la ministra Piña mientras se iba diluyendo como Thanos: “¡No me quiero ir, señora Democracia!”

La dicha inicua de ver cómo a la derechairiza les agarra chole de la mano.

Los mariachis no callaron, votaron.


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Jairo Calixto Albarrán
  • Jairo Calixto Albarrán
  • [email protected]
  • Periodista producto de un extraño experimento cultural-social-educativo marxista, rockero, populachero, libresco y televisionudo / Escribe de lunes a viernes su columna "Política cero"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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